Virus del papiloma humano: Una ETS puerta al cáncer, pero fácil de prevenir

El virus del papiloma humano (VPH) es una infección de transmisión sexual (ITS) altamente prevalente a nivel mundial.

Este patógeno de ADN, que pertenece a la familia Papillomaviridae, tiene más de 200 genotipos identificados, algunos de los cuales se consideran de alto riesgo oncogénico (VPH-AR), y están relacionados con el desarrollo de varias neoplasias malignas.

La Secretaría de Salud reportó más de 14,000 diagnósticos de infección por VPH en 2023, lo que destaca la importancia de esta ITS en la salud pública. Globalmente, se estima que cada año se detectan 570,000 casos de cáncer de cuello uterino y 60,000 casos de cánceres asociados al VPH en hombres.

El VPH-AR es un factor clave en la carcinogénesis de diferentes órganos. Está vinculado a más del 95% de los casos de cáncer de cuello uterino, el 75% de los carcinomas de vagina, el 70% de los de vulva, más del 90% de los de ano, más del 60% de los de pene y alrededor del 70% de los de orofaringe.

Se estima que 14 genotipos de VPH-AR tienen potencial oncogénico. A través de la expresión de oncoproteínas virales como E6 y E7, estos genotipos interfieren con el ciclo celular, provocando proliferación descontrolada y acumulación de mutaciones. Los genotipos 16 y 18 son los más oncogénicos y responsables de la mayoría de los cánceres asociados al VPH.

Prevención:
La vacunación contra el VPH es una estrategia primaria esencial para reducir las infecciones y los cánceres relacionados. Se recomienda vacunar a los jóvenes antes del inicio de la actividad sexual.

La detección temprana de lesiones precancerosas mediante pruebas como la citología cervical y la prueba de VPH es clave para intervenir a tiempo y prevenir el cáncer invasivo.

Se recomienda consultar a profesionales de la salud para recibir información detallada sobre la prevención, diagnóstico y tratamiento del VPH, lo que es fundamental para tomar decisiones informadas y promover la salud sexual.