La tiamina, o vitamina B1, es esencial para convertir los alimentos en energía y mantener el sistema nervioso en buen estado. Aunque el cuerpo no la produce, se obtiene a través de la dieta o suplementos.
Se utiliza para tratar deficiencias y enfermedades raras en niños, siempre bajo prescripción médica. Se encuentra disponible en forma de comprimidos o inyecciones, y su uso puede mejorar la salud en pocas semanas. Sin embargo, el consumo de alcohol puede interferir con su efectividad. Los efectos secundarios suelen ser leves.
Función en el metabolismo
La tiamina juega un papel crucial en el metabolismo de los alimentos, transformándolos en energía y protegiendo el sistema nervioso, lo que la hace fundamental para la salud.
Obtención a través de la dieta
Dado que el cuerpo no produce tiamina, es necesario obtenerla mediante la alimentación diaria.
Uso sintético para deficiencias
En casos de deficiencia, se recurre a tiamina sintética para prevenir o tratar la falta de vitamina B1.
Aplicación en enfermedades raras
Se utiliza en niños con enfermedades raras, como la orina con olor a jarabe de arce, siempre con la supervisión de un médico.
Disponibilidad en entornos médicos
La tiamina está disponible en farmacias en distintas presentaciones, como comprimidos estándar, de liberación lenta o inyecciones para casos graves, que generalmente se aplican en hospitales.
Tratamiento de deficiencias leves
Para deficiencias leves, se recomienda una dosis diaria, con mejoras notables en varias semanas.
Interacciones con el alcohol
Es aconsejable evitar el consumo de alcohol mientras se toma tiamina, ya que este puede disminuir su efectividad.
Efectos secundarios
En general, los efectos secundarios son leves y temporales, como náuseas o dolor estomacal.