Mejoran mano biónica con mente propia, según investigadores

La forma más eficaz de que las personas amputadas logren un mejor manejo de una mano biónica podría ser dotarla de cierta autonomía, según plantea un estudio reciente.

De acuerdo con la investigación, publicada el 9 de diciembre en la revista Nature Communications, una mano biónica asistida por inteligencia artificial (IA), que funciona de manera autónoma pero bajo la supervisión del usuario, se acerca más que otras opciones a la destreza natural de una mano humana.

“Por muy avanzadas que sean las prótesis actuales, su control sigue siendo poco intuitivo y complicado”, explicó Marshall Trout, autor principal del estudio e investigador postdoctoral del Laboratorio de NeuroRobótica de la Universidad de Utah, en Salt Lake City. “De hecho, casi la mitad de los usuarios termina abandonando su prótesis, principalmente por la dificultad para manejarla y el esfuerzo mental que implica”, señaló.

Los investigadores destacan que gran parte de los movimientos de la mano humana se realizan de forma automática, sin que la persona tenga que pensar en cada acción. No es necesario dar instrucciones conscientes a cada dedo para sujetar correctamente un vaso, escribir con un bolígrafo o agarrar una pelota.

Sin embargo, las prótesis tradicionales obligan a los amputados a concentrarse en cada movimiento individual, lo que vuelve el proceso lento y agotador. Para superar esta limitación, el equipo incorporó inteligencia artificial al diseño de la mano biónica.

La IA fue entrenada para interpretar la información de sensores de presión y proximidad integrados en la prótesis, permitiéndole adoptar automáticamente distintos tipos de agarre ya programados. Los sensores de presión son tan sensibles que pueden detectar incluso el contacto de una bola de algodón, mientras que los sensores de proximidad permiten que cada dedo “perciba” el objeto frente a él y ajuste la fuerza de sujeción de manera precisa y estable.

En este esquema, el usuario no pierde el control, sino que lo comparte con la IA, guiando el movimiento general de la mano mientras la tecnología se encarga de los ajustes finos.

“No buscamos que la persona compita con la máquina por el control”, explicó Trout. “Aquí, la tecnología refuerza la precisión del usuario y simplifica las tareas. En esencia, amplifica su control natural para que pueda realizar actividades sin tener que pensarlo demasiado”.

La mano biónica fue probada en cuatro voluntarios con amputaciones entre el codo y la muñeca. Todos mostraron una mejora significativa en la estabilidad y exactitud del agarre, además de una reducción del esfuerzo mental necesario para manejar la prótesis.

Los participantes lograron completar diversas actividades cotidianas, como recoger objetos pequeños o levantar una taza. Los investigadores subrayaron que tareas aparentemente simples requieren un equilibrio preciso: una presión insuficiente hace que un vaso se caiga, mientras que un exceso puede deformarlo o romperlo.

“Al integrar inteligencia artificial, logramos que este ajuste del agarre recaiga en la propia prótesis”, explicó Jacob George, investigador senior y profesor de ingeniería en la Universidad de Utah. “El resultado es un control más natural y habilidoso, que devuelve simplicidad a las tareas diarias”.

Actualmente, el equipo explora el uso de implantes cerebrales que permitan a las personas amputadas controlar sus prótesis directamente con el pensamiento e incluso recuperar sensaciones táctiles a través de los sensores de presión incorporados en la mano biónica.

Noticias del tema