Las 6 recomendaciones de la neurociencia para el tratamiento del Síndrome de Tourette

Las 6 recomendaciones de la neurociencia para el tratamiento del Síndrome de Tourette, que se caracteriza por tics involuntarios

El Grupo INECO se dedica a la prevención, diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales. A través de su Fundación INECO, también realiza investigaciones sobre el cerebro humano.

Cada 7 de junio se celebra el Día Mundial del Síndrome de Tourette, una fecha destinada a aumentar la conciencia sobre esta afección neurológica que afecta a personas de todas las edades, desde niños hasta adultos, en todo el mundo.

Gracias a los avances en neurociencias, hoy se entiende mejor este trastorno, lo que permite una intervención temprana y el desarrollo de estrategias que mejoran la calidad de vida y la inclusión social de quienes lo padecen.

¿Qué es el síndrome de Tourette?

Es un trastorno del desarrollo neurológico caracterizado por la aparición de tics motores y vocales antes de los 18 años. Los tics son movimientos o sonidos involuntarios, breves, repetitivos y no rítmicos, que pueden variar en frecuencia, intensidad y tipo con el tiempo.

Aunque a veces solo se presentan los tics, el síndrome frecuentemente se asocia con otras condiciones como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), dificultades en el aprendizaje, trastornos de ansiedad y síntomas obsesivo-compulsivos.

Síntomas comunes

• Parpadeo excesivo

• Movimientos repentinos de cabeza, cuello o hombros

• Carraspeos, gruñidos, chasquidos u otros sonidos involuntarios

• Repetición de palabras o frases propias o ajenas

• Conductas motoras complejas que pueden afectar la vida diaria

Es importante entender que la intensidad y frecuencia de los tics pueden variar y mejorar con la edad. No obstante, un acompañamiento integral es clave para facilitar la adaptación social, escolar y emocional durante los períodos de mayor presencia de síntomas y para prevenir recaídas.

Nuevas visiones desde las neurociencias

Por muchos años, los síntomas del síndrome de Tourette fueron malinterpretados y las personas que lo padecían sufrieron estigmatización. Hoy en día, se reconoce como un trastorno con bases neurobiológicas claras, vinculado a disfunciones en los circuitos cerebrales que regulan el movimiento, la atención y el control de impulsos.

Los avances en neuroimagen, neuropsicología y terapias conductuales han permitido ofrecer tratamientos más específicos y personalizados que disminuyen el impacto de los síntomas en la vida diaria.

“El entendimiento del Tourette desde la neurociencia posibilita intervenciones más precisas y humanas. No solo se trata de controlar los tics, sino también de abordar las consecuencias emocionales, sociales y educativas que genera”, señala el doctor Blas Couto, neurólogo de INECO y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.

Además, se resalta la importancia de un enfoque interdisciplinario que apoye no solo a quienes tienen el diagnóstico, sino también a sus familias, docentes y entorno, proporcionando herramientas que fomenten la comprensión y reduzcan los prejuicios.

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