La prueba de olfato puede detectar el deterioro cognitivo

Un estudio reciente sugiere que la nariz podría detectar señales tempranas de demencia o enfermedad de Alzheimer.

Los adultos mayores que desarrollan un deterioro cognitivo leve, que es un precursor de la demencia y el Alzheimer, obtienen puntuaciones más bajas en una prueba de olfato en comparación con aquellos con cerebros normales, según los hallazgos publicados en la edición del 24 de marzo de la revista Scientific Reports. Los investigadores indican que este tipo de prueba podría realizarse en casa, proporcionando una señal de alerta temprana sobre posibles declives en la función cerebral.

El Dr. Mark Albers, neurólogo del Hospital General de Massachusetts, quien lideró el estudio, explicó que el objetivo es desarrollar una prueba rentable y no invasiva que pueda realizarse en casa, lo que ayudaría a avanzar en la investigación y el tratamiento del Alzheimer. La detección temprana de deterioro cognitivo podría facilitar la identificación de personas en riesgo de desarrollar la enfermedad y permitir intervenciones años antes de que aparezcan los síntomas de pérdida de memoria.

En la prueba, los participantes olfatean etiquetas con diferentes aromas que se colocan en una tarjeta y luego deben identificar y recordar esos olores de entre varias opciones. Los resultados muestran que la capacidad para identificar y recordar olores disminuye con la edad, pero un pequeño grupo de personas con deterioro cognitivo leve presentó una disminución aún mayor en la capacidad olfativa que las personas con función cerebral intacta.

Los resultados fueron consistentes tanto en hablantes de inglés como de español, y los participantes realizaron la prueba con éxito, independientemente de si contaban o no con la ayuda de un asistente de investigación.

Los investigadores sugieren que las pruebas olfativas podrían utilizarse en entornos clínicos para predecir el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas y síntomas clínicos en adultos mayores. Sin embargo, enfatizan que se necesitan más estudios para validar esta prueba y explorar cómo podría complementarse con otras evaluaciones cognitivas para la demencia y el Alzheimer.