La carne roja procesada: un riesgo latente para la salud cerebral pues aumenta riesgo de demencia

Un reciente estudio publicado en Neurology ha arrojado preocupantes hallazgos sobre el consumo de carne roja procesada y su impacto en la salud cerebral. Realizado por investigadores del Brigham and Women’s Hospital en Boston, el análisis sugiere que el consumo de estos alimentos podría aumentar significativamente el riesgo de desarrollar demencia y deterioro cognitivo.

Detalles del estudio

El estudio, liderado por el doctor Dong Wang, siguió durante hasta 43 años a más de 133,000 personas, evaluando sus hábitos alimenticios y su salud cognitiva. Los resultados apuntan a que las grasas saturadas presentes en la carne roja procesada están relacionadas con un mayor riesgo de deterioro cerebral. Wang recomendó reemplazar estos productos por opciones más saludables, como nueces, pescado o aves, para reducir este riesgo.

Impacto de la carne roja procesada

El análisis reveló datos alarmantes sobre el consumo de carne roja procesada. Aquellos que consumían más de 0.25 raciones diarias tenían un 13% más de riesgo de desarrollar demencia en comparación con los que consumían menos de 0.10 raciones. Además, cada porción diaria adicional de carne roja procesada se asoció con un envejecimiento cerebral equivalente a 1.61 años en la cognición global y 1.69 años en la memoria verbal.

Por otro lado, el estudio no encontró una relación directa entre el consumo de carne roja no procesada (como carne de res, cerdo y cordero) y la demencia, aunque sí observó un ligero aumento en el riesgo de deterioro cognitivo subjetivo.

Alternativas saludables

El estudio destaca alternativas que pueden reducir el riesgo de deterioro cognitivo. Reemplazar una porción diaria de carne roja procesada con frutos secos o legumbres puede disminuir el riesgo de demencia en un 19%. Si se opta por pescado, el riesgo podría reducirse en un 28%, mientras que el pollo está asociado con un 16% menos de riesgo.

Limitaciones y conclusiones

Aunque los resultados son prometedores, el doctor Wang advirtió que el estudio tuvo limitaciones, principalmente porque se basó en una población mayoritariamente blanca y de profesionales de la salud. Será necesario realizar investigaciones adicionales para evaluar estos efectos en grupos más diversos.

Este estudio refuerza la importancia de una dieta equilibrada y rica en alimentos que promuevan la salud cerebral, especialmente en una época en la que el envejecimiento de la población y las enfermedades neurodegenerativas están en aumento.