En un país donde el refresco es una bebida popular en comidas y reuniones, el alto contenido de azúcar y aditivos en estas bebidas representa un reto para la salud de los consumidores. Sin embargo, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha señalado una alternativa que podría cambiar esta tendencia.
Según un estudio reciente de Profeco, Buho se destaca como el refresco menos perjudicial disponible en el mercado mexicano. ¿La razón? Esta bebida utiliza un edulcorante natural derivado de la estevia, lo que la hace mucho menos dañina para la salud.
Además, cada porción de Buho tiene solo 5 calorías, lo que la convierte en una opción única en un mercado dominado por refrescos tradicionales con altos niveles de azúcar y calorías. También destaca por su composición limpia, ya que no contiene conservadores ni colorantes artificiales, lo que la hace una alternativa más saludable para quienes buscan reducir su consumo de bebidas azucaradas. Sin embargo, su precio es más alto que el de otras marcas populares, ya que una lata de 355 ml cuesta aproximadamente 36 pesos.
Otras opciones menos dañinas
Aunque Buho es la opción líder, Profeco también identificó otras alternativas con menos riesgos para la salud:
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Brillante Tehuacán y Aurrera: No contienen calorías, azúcar ni jarabe de maíz.
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San Bernardino Zero: Usa edulcorantes artificiales, pero tiene un bajo contenido calórico y de azúcares.
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Coca-Cola Light: Está libre de jarabe de maíz y azúcar, aunque contiene edulcorantes artificiales.
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Free Light: No tiene azúcar ni calorías, y no contiene conservadores ni colorantes, aunque Profeco cuestiona la veracidad de su uso de fruta natural.
El costo del consumo diario de refrescos
A pesar de estas opciones más saludables, Profeco y los expertos en salud advierten sobre los peligros del consumo regular de refrescos. Investigaciones de la Universidad de Harvard han demostrado que estas bebidas son una de las principales fuentes de azúcar añadida en la dieta, lo que contribuye al desarrollo de enfermedades graves como:
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Obesidad y diabetes tipo 2.
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Problemas cardiovasculares.
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Descalcificación ósea debido al ácido fosfórico.
Además, ingredientes comunes como la cafeína, el sodio y los saborizantes artificiales pueden tener efectos negativos a largo plazo.