Brote de tos ferina en México: ¿Cómo protegerse de esta enfermedad contagiosa?

México está enfrentando un alarmante aumento en los casos de tos ferina, una enfermedad respiratoria altamente contagiosa que representa un grave riesgo para los niños pequeños, mujeres embarazadas y adultos mayores.

Este brote ha activado las alertas tanto de las autoridades sanitarias nacionales como de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes subrayan la importancia de que la población se informe adecuadamente para prevenir su propagación.

La tos ferina, también conocida como "pertussis", es una infección bacteriana que afecta las vías respiratorias, destacándose por una tos fuerte y persistente seguida de una inhalación aguda, con un sonido característico similar a un "alarido". Esta enfermedad es causada por la bacteria Bordetella pertussis y se transmite a través de las secreciones respiratorias de una persona infectada. El contacto directo con estas secreciones es la principal vía de contagio.

Aunque afecta principalmente a niños menores de 5 años, su impacto puede ser especialmente grave en grupos vulnerables como mujeres embarazadas y adultos mayores, quienes pueden enfrentar complicaciones serias e incluso mortales. Por ello, las autoridades de salud insisten en la importancia de conocer y aplicar las medidas preventivas.

Medidas de prevención para evitar el contagio:

La vacunación es el método más efectivo para prevenir la tos ferina. La Secretaría de Salud de México destaca que la vacuna pentavalente acelular, que protege contra la tos ferina, difteria, tétanos, poliomielitis e influenza tipo B, es esencial. Esta vacuna se administra en 4 dosis a los 2, 4, 6 y 18 meses, con un refuerzo a los 4 años con la vacuna DPT para mantener la protección. La aplicación de estas vacunas es crucial para prevenir que los niños desarrollen la enfermedad y reducir el riesgo de brotes.

También se recomienda evitar el contacto cercano con personas infectadas, especialmente durante los primeros días de síntomas. Las autoridades sugieren aislar a los enfermos, usar mascarillas y practicar el lavado frecuente de manos para reducir el riesgo de contagio.

Síntomas y tratamiento:

Los síntomas de la tos ferina suelen aparecer entre 7 y 10 días después de la infección. En sus primeras etapas, se presenta como un resfriado común, con secreción nasal, fiebre leve y tos ocasional. Con el tiempo, la tos se intensifica y se vuelve más característica, con ataques severos que pueden durar hasta 10 semanas. Estos episodios de tos pueden interferir con actividades cotidianas, como comer o beber.

El tratamiento incluye antibióticos para reducir la duración y gravedad de la enfermedad. En casos graves, especialmente en niños pequeños y adultos mayores, puede ser necesario el uso de líquidos intravenosos para mantener la hidratación debido a los intensos episodios de tos.

Las autoridades sanitarias han subrayado la importancia de seguir los esquemas de vacunación, especialmente para las mujeres embarazadas y los niños pequeños, que son los más vulnerables. La prevención sigue siendo la estrategia más eficaz para evitar brotes graves y proteger a los grupos en riesgo.