Un estudio reciente publicado en la revista JAMA Psychiatry revela que las personas que usan marihuana con fines medicinales tienen las mismas probabilidades, o incluso más, de desarrollar un trastorno por consumo de cannabis (CUD, por sus siglas en inglés) que aquellos que la consumen de forma recreativa. Según los investigadores, los pacientes de marihuana medicinal eran más propensos a tener un trastorno por consumo de cannabis y consumían marihuana más días al año que los usuarios recreativos.
El equipo de investigación, dirigido por la Dra. Nora Volkow, del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, concluyó que el cannabis recomendado médicamente no parece tener un riesgo de adicción menor en comparación con el uso no médico. Este hallazgo sugiere que, aunque el cannabis sea prescrito con fines medicinales, puede seguir siendo problemático en términos de adicción.
El estudio analizó datos de una encuesta federal sobre el uso de drogas y la salud realizada entre 2021 y 2022, con casi 73,000 adultos. En esta encuesta, alrededor del 35% de los participantes reportaron tener un trastorno por consumo de cannabis. Los usuarios de marihuana medicinal mostraron una mayor prevalencia de este trastorno:
- Un 14% de los hombres de 18 a 34 años que usaban marihuana medicinal y un 13% de los que usaban cannabis tanto con fines médicos como recreativos tenían un trastorno grave, en comparación con más del 8% de los usuarios recreativos.
- Las mujeres de 18 a 34 años que usaban marihuana medicinal o medicinal/recreativa también mostraron una mayor prevalencia de trastornos graves (7% y 12%, respectivamente) frente al 6% de las usuarias recreativas.
Además, los pacientes de marihuana medicinal tendían a consumir marihuana con mayor frecuencia. Por ejemplo, los hombres de 18 a 24 años que usaban marihuana medicinal la consumían en promedio 217 días al año, en comparación con 212 días para los usuarios tanto médicos como recreativos y 154 días para los usuarios recreativos.
Los investigadores sugieren que los médicos deben considerar el riesgo de adicción antes de recomendar marihuana medicinal y realizar un seguimiento adecuado para detectar el desarrollo de trastornos relacionados con el consumo de cannabis.