Un medicamento experimental podría ser útil para las personas con hipertensión no controlada, según los primeros resultados de los ensayos clínicos.
Las personas que tomaron lorundrostat experimentaron una disminución del doble en su presión arterial sistólica en comparación con aquellas que recibieron un placebo, según informaron los investigadores recientemente en la revista New England Journal of Medicine. La presión sistólica, el número superior en la medición de la presión arterial, se refiere a la presión en los vasos sanguíneos durante el latido del corazón.
"Si bien las lecturas de la presión arterial seguían siendo elevadas al final de este ensayo de fase II en algunos participantes que tomaron lorundrostat, consideramos estos resultados prometedores porque casi todos los participantes no pudieron reducir adecuadamente su presión arterial con otros medicamentos previamente", explicó el investigador principal, el Dr. Michael Wilkinson, profesor asociado en la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego, en un comunicado de prensa.
El lorundrostat actúa inhibiendo la producción de la hormona aldosterona, que se ha identificado como un factor clave en la hipertensión persistente, señalaron los investigadores.
"Estábamos evaluando un enfoque nuevo para tratar el desequilibrio de aldosterona, una causa frecuentemente poco reconocida de la hipertensión resistente al tratamiento", comentó Wilkinson.
Para este ensayo clínico, los investigadores reclutaron a 285 pacientes con hipertensión, a pesar de estar tomando entre dos y cinco medicamentos para controlar su presión arterial. La hipertensión se define como una presión sistólica de 130 o más, o una presión diastólica (el número más bajo) de 80 o más, y es una de las principales causas de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, según la Asociación Americana del Corazón.
Dos tercios de los pacientes tomaron lorundrostat durante 12 semanas, mientras que el tercio restante recibió un placebo.
Los resultados mostraron que las personas que tomaron lorundrostat experimentaron una reducción de 15 puntos en su presión arterial sistólica, frente a una caída de 7 puntos en aquellos que tomaron placebo.
"Al final, vimos que la terapia, en comparación con el placebo, fue eficaz para reducir la presión arterial sistólica", indicó Wilkinson.
Estos hallazgos podrían llevar a un ensayo clínico de fase III más amplio para lorundrostat, lo cual sería la base para una solicitud de aprobación ante la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU., informaron los investigadores.
"A medida que aprendemos más sobre la seguridad y eficacia de este tratamiento, espero que podamos identificar una herramienta útil para tratar la hipertensión en los pacientes que más lo necesitan", concluyó Wilkinson.