La mejor evidencia hasta ahora de que los medicamentos avanzados para la enfermedad de Alzheimer podrían prevenir la degeneración cerebral proviene de un estudio pequeño.
Un medicamento experimental que elimina la beta amiloide del cerebro redujo en un 50 % el riesgo de desarrollar Alzheimer en un grupo de 22 personas con mutaciones genéticas que prácticamente aseguraban que desarrollarían la enfermedad, según un informe publicado en la edición del 19 de marzo de la revista The Lancet Neurology.
Este fármaco, gantenerumab, fue abandonado por sus desarrolladores, pero los medicamentos anti-amiloide posteriores como lecanemab (Leqembi) y donanemab (Kisunla) han sido aprobados por el gobierno y se están utilizando para tratar el Alzheimer en sus primeras etapas.
"Todos los participantes en este estudio estaban destinados a desarrollar Alzheimer, pero algunos de ellos aún no lo han hecho", comentó el Dr. Randall Bateman, autor principal y profesor de neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis. "Todavía no sabemos cuánto tiempo seguirán sin síntomas, tal vez unos años o incluso décadas", añadió. Bateman también expresó su esperanza de que, con el tratamiento continuado con otro anticuerpo anti-amiloide, algunos pacientes nunca desarrollen síntomas.
La base de todos estos medicamentos es la "hipótesis amiloide" de la enfermedad de Alzheimer, que sugiere que la acumulación de proteínas tóxicas llamadas beta amiloide en el cerebro juega un papel importante en el desarrollo de la enfermedad.
En este estudio, Bateman y su equipo evaluaron el efecto de gantenerumab en 73 personas con mutaciones genéticas que las predisponen al Alzheimer. De esos 22 pacientes que no presentaban problemas cognitivos al inicio del estudio y recibieron gantenerumab durante más tiempo, los investigadores encontraron un efecto positivo al reducir a la mitad el riesgo de desarrollar síntomas de Alzheimer después de ocho años de tratamiento.
"Ahora soy muy optimista, ya que esto podría ser la primera evidencia clínica de lo que será la prevención para las personas en riesgo de Alzheimer", dijo Bateman. "Un día, podríamos estar retrasando la aparición de la enfermedad de Alzheimer para millones de personas", agregó.
Sin embargo, los medicamentos antiamiloides son costosos y no están exentos de riesgos, como la inflamación del cerebro, un efecto secundario que en este pequeño grupo tratado con gantenerumab fue más común que en el ensayo clínico original (un 30 % frente al 19 %).
A pesar de estos riesgos, los investigadores creen que estos hallazgos preliminares son prometedores y podrían llevar a que algún día los medicamentos antiamiloides se utilicen como prevención en lugar de tratamiento, para personas que aún no han desarrollado Alzheimer. "Estos emocionantes hallazgos sugieren claramente el potencial de reducir la beta amiloide en la prevención de la enfermedad de Alzheimer", concluyó María Carrillo, directora científica de la Asociación de Alzheimer.