¿Tienes el “mal del puerco” muy seguido?

Esa sensación de somnolencia profunda que aparece después de comer en exceso, conocida popularmente como “mal del puerco”, es algo que casi todos experimentamos, pero podría revelar información importante sobre cómo tu cuerpo maneja el azúcar.
Aunque forma parte de una reacción fisiológica normal, conviene prestar atención a qué tan seguido y qué tan fuerte aparece, ya que la somnolencia excesiva durante el día se ha relacionado con la resistencia a la insulina.
Este problema ocurre cuando las células dejan de responder de manera adecuada a la insulina, lo que dificulta que la glucosa entre en ellas para producir energía. Si la situación progresa, puede desencadenar alteraciones metabólicas importantes.
¿Por qué quedarse dormido después de comer podría indicar resistencia a la insulina?
El vínculo entre esas siestas involuntarias y la insulina es más cercano de lo que parece. Aunque es común sentirse cansado tras comer, la ciencia ha identificado patrones que permiten distinguir lo normal de lo que puede estar asociado a un problema metabólico.
Estas son algunas claves que explican qué revela el “mal del puerco” sobre la insulina, según información de la UNAM y un estudio publicado en BMC:
El cerebro se apaga por exceso de azúcar: Después de una comida abundante, sube la glucosa en sangre y llega al cerebro, donde bloquea las neuronas orexinérgicas —responsables de mantenernos despiertos—, generando sueño súbito.
Somnolencia como alerta metabólica: Quienes presentan somnolencia intensa y frecuente durante el día suelen mostrar mayor resistencia a la insulina y niveles elevados de insulina en ayunas.
La curva del sueño: Tanto dormir menos de seis horas como dormir más de nueve se relaciona con niveles altos de triglicéridos y glucosa.
Exceso de insulina: Si existe resistencia, el cuerpo libera más insulina de lo normal, lo que puede generar una caída rápida de glucosa y un cansancio pronunciado.
Apnea del sueño: No solo importa el sueño postprandial; quienes roncan mucho o presentan pausas respiratorias mientras duermen tienen mayor riesgo de resistencia a la insulina, incluso sin sobrepeso.
¿Qué otras señales sugieren resistencia a la insulina?
La resistencia a la insulina no siempre pasa desapercibida; en ocasiones deja señales visibles o síntomas que reflejan cómo el cuerpo maneja la energía.
Según los Institutos de Salud de Estados Unidos (NIH), algunas señales son:
Acumulación de grasa abdominal: Una cintura mayor de 100 cm en hombres o 88 cm en mujeres indica exceso de grasa visceral, un marcador de riesgo metabólico.
Cambios en la piel: El exceso de azúcar puede manifestarse como acantosis nigricans, que oscurece zonas como el cuello y las axilas.
Glucosa que no baja: En la prediabetes, el cuerpo tarda más en reducir el azúcar después de comer, dejando niveles elevados por más tiempo.
Sensación de hambre celular: Aunque se coma, las células no aprovechan adecuadamente la glucosa, lo que obliga al páncreas a producir más insulina.
Sedentarismo: La falta de actividad física impide que los músculos utilicen la glucosa, favoreciendo que se acumule en la sangre.
¿Cómo evitar la resistencia a la insulina?
La buena noticia es que esta condición puede revertirse. Cambios pequeños y sostenidos pueden mejorar notablemente la manera en que el cuerpo procesa la energía y disminuir el riesgo de diabetes tipo 2.
Recomendaciones basadas en la UNAM y los NIH:
Alimentos fermentados: Consumir productos con microorganismos benéficos, como yogur o alimentos fermentados, mejora la sensibilidad a la insulina y reduce triglicéridos.
Bajar un poco de peso: Reducir entre el 5% y el 7% del peso inicial mediante dieta y ejercicio disminuye significativamente el riesgo de diabetes.
Actividad regular: Romper el sedentarismo ayuda a que las células respondan mejor a la insulina y estabilicen la glucosa.
Dormir entre 6 y 9 horas: Un patrón de sueño estable funciona como un regulador importante del metabolismo.
Si te da sueño tras comer: Mejor da un paseo o toma café en vez de dormir; esto ayuda a tu cuerpo a manejar mejor la glucosa postprandial.
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