¿Te preocupan las pruebas de detección del cáncer de próstata? Un nuevo estudio muestra un mejor juicio en el tratamiento

Algunos hombres temen someterse a las pruebas de detección del cáncer de próstata por el riesgo de sufrir impotencia o incontinencia debido a la cirugía, pero un estudio reciente afirma que estos temores son infundados gracias a los avances en el tratamiento del cáncer de próstata.
Investigadores informaron que, en los últimos 15 años, el número de cirugías innecesarias para tratar el cáncer de próstata de bajo riesgo ha aumentado significativamente, según un artículo publicado en JAMA Oncology. Los datos de un registro nacional de cáncer muestran que las cirugías de extirpación de próstata para cáncer de bajo grado disminuyeron del 32% en 2010 a casi un 8% en 2020.
Asimismo, un registro clínico de Michigan indicó una disminución del 21% al 3% en las extirpaciones de próstata por cánceres de bajo riesgo entre 2012 y 2024. Los investigadores creen que estos avances deberían aumentar la confianza de los hombres en que las pruebas de detección del cáncer de próstata no les causarán daños innecesarios.
Cada vez más médicos optan por la vigilancia activa, que consiste en monitorear el cáncer sin tratamiento hasta que muestra signos de progresión. El Dr. Steven Monda, líder del estudio e investigador de oncología urológica en la Universidad de Michigan, destacó que esta estrategia de vigilancia ha contribuido a la reducción de cirugías innecesarias.
Las mejoras en las pruebas de detección y el diagnóstico también han desempeñado un papel importante, como el uso de análisis rutinarios de PSA, resonancias magnéticas y biopsias para asegurar que el cáncer de próstata no progrese de manera significativa.
Se prevé que casi 300,000 hombres en EE. UU. sean diagnosticados con cáncer de próstata en 2024, aunque la mayoría de estos cánceres crecen tan lentamente que no representan una amenaza para la vida, especialmente entre los hombres mayores.
Monda explicó que, a pesar de lo común que es el cáncer de próstata, la reticencia a las pruebas de detección proviene de la percepción histórica de que este tipo de cáncer se trataba en exceso, con muchos hombres recibiendo cirugía o radioterapia innecesaria tras su diagnóstico. Estas preocupaciones fueron una de las razones por las que el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. (USPSTF) recomendó en 2012 no realizar pruebas rutinarias de PSA.
En 2018, la postura del grupo cambió para permitir la detección después de una discusión entre el paciente y su médico sobre los riesgos y beneficios. Sin embargo, muchos médicos de atención primaria no han vuelto a ofrecer las pruebas a sus pacientes, lo que ha resultado en la falta de acceso a la detección para hombres con un mayor riesgo, como los afroamericanos o aquellos con antecedentes familiares de cáncer de próstata.
El estudio revisó datos de más de 180,000 hombres que se sometieron a una cirugía de cáncer de próstata entre 2010 y 2024, enfocándose en aquellos con cáncer de bajo riesgo, ya que son los que mejor responden a la vigilancia activa.
En 2010, aproximadamente 1 de cada 3 hombres que se sometieron a cirugía para cáncer de próstata tenían cáncer de bajo riesgo, lo que indicaba que la cirugía era innecesaria. Para 2020, esa proporción había bajado a menos de 1 de cada 10, lo que refleja una mejora significativa en la forma en que se manejan estos casos.
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