Los casos de sarampión en México han aumentado de manera alarmante, superando tres veces las cifras registradas durante todo 2024, según informó la Secretaría de Salud federal (SSA). En lo que va de 2025, se han confirmado 21 casos, lo que llevó a la emisión de un aviso epidemiológico urgente para frenar la propagación de la enfermedad.
De los 21 casos confirmados este año, 18 se presentaron en Chihuahua y 3 en Oaxaca, afectando principalmente a niños de entre 5 y 9 años, de los cuales solo dos estaban vacunados, y solo uno contaba con el esquema completo.
Hasta la semana epidemiológica 10, el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedad Febril Exantemática ha reportado 416 casos probables. Este aumento es notable si se compara con los siete casos registrados en 2024, todos ellos relacionados con casos importados. Este repunte también se da en un contexto global preocupante: la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó 16,144 casos confirmados en 2025, con focos en países como Yemen, Pakistán, India, Tailandia y Etiopía. En las Américas, se registraron 308 casos en países como Estados Unidos, Canadá, Argentina y México.
Medidas preventivas y alerta de las autoridades
El aviso epidemiológico emitido por el Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (Conave) subraya el riesgo de contagio importado debido a los altos niveles de movilidad de personas provenientes de países afectados. Las autoridades han instado a todas las unidades médicas a fortalecer la vigilancia epidemiológica y asegurar la cobertura de vacunación, especialmente en áreas con bajos niveles de inmunización.
Entre las medidas recomendadas están el cumplimiento estricto de los procedimientos estándar y la identificación temprana de casos sospechosos para evitar la propagación. El aviso también recalca la importancia de mantener los esquemas completos de vacunación contra el sarampión, cuya eficacia es fundamental para frenar los brotes.
Sarampión: una amenaza conocida y peligrosa
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa causada por el virus del género Morbillivirus. Se transmite a través de gotitas respiratorias o por contacto directo con secreciones de personas infectadas. Su período de incubación varía de 7 a 21 días, y la fase contagiosa comienza cuatro días antes de la aparición de las erupciones.
Los síntomas incluyen fiebre, conjuntivitis, secreción nasal, tos y erupciones cutáneas. En casos graves, puede ocasionar neumonía, encefalitis e incluso la muerte, especialmente en niños desnutridos o con sistemas inmunitarios debilitados. En situaciones de alta vulnerabilidad, la tasa de mortalidad puede llegar hasta el 10% de los casos.