¿En qué momento se debería permitir que alguien solicite asistencia médica para morir? Esta es una pregunta delicada que genera fuertes emociones y debates.
Cada vez más países y estados de EE. UU. están legalizando o ampliando la práctica de la asistencia médica para morir, conocida como MAID (Medical Aid in Dying). MAID implica que un profesional médico recete medicación a un paciente para que este pueda terminar con su vida. A menudo se confunde con la eutanasia, pero la diferencia es que en la eutanasia el médico termina activamente con la vida del paciente, lo cual es menos común. Los programas de MAID tienen criterios estrictos, principalmente una enfermedad grave con pronóstico de menos de seis meses de vida, como es el caso común de personas con cáncer en etapa terminal.
¿Qué opinan los críticos?
Los detractores de MAID temen que los criterios se flexibilicen, lo que podría generar riesgos. En Países Bajos, por ejemplo, se ha permitido MAID o eutanasia por sufrimiento mental, y en algunos casos, se ha autorizado la asistencia médica para morir debido a enfermedades graves pero no terminales, como la encefalomielitis miálgica. Además, algunos temen que en países con leyes de MAID, personas vulnerables, como discapacitados o personas de bajos recursos, puedan ser presionadas a elegir esta opción en lugar de recibir apoyo adecuado. Sin embargo, los defensores argumentan que criterios demasiado estrictos podrían dejar a algunas personas que merecen esta opción sin acceso, incluyendo a discapacitados, evitando sufrimiento innecesario.
Gizmodo habló con James Downar, jefe de cuidados paliativos en la Universidad de Ottawa, para conocer los hallazgos de un estudio publicado en JAMA Internal Medicine sobre los aspectos positivos y negativos de MAID.
G: ¿Qué exploraba el estudio?
JD: MAID es legal en más de 20 jurisdicciones, y tenemos muchos datos de personas que eligieron esta opción. A pesar de las preocupaciones sobre coerción y falta de servicios, los datos muestran que la mayoría de las personas que optan por MAID tienen cáncer o esclerosis lateral amiotrófica, enfermedades que, aunque representan una minoría en el total de muertes, son las que más suelen recurrir a esta opción. Otros tipos de enfermedades, como las cardíacas, representan menos del 1%.
G: ¿Los datos muestran que las leyes más flexibles en algunos lugares, como Canadá, hacen que las personas elijan la muerte asistida en lugar de recibir intervención médica?
JD: Nuestra investigación sugiere que las enfermedades y los factores relacionados con ellas son los determinantes clave para decidir si se permite MAID. Las personas con enfermedades como cáncer terminal o esclerosis lateral amiotrófica, que provocan una pérdida rápida y progresiva de funciones, son las que más suelen optar por la muerte asistida. No he observado que las personas renuncien a tratamientos útiles solo para elegir MAID. Más bien, quienes se niegan a tratamientos de prolongación de vida lo hacen para evitar los efectos secundarios o porque saben que sus días son pocos y no quieren terminar en un hospital.
G: ¿Se podrían mejorar los sistemas de muerte asistida?
JD: En Canadá, las salvaguardas son adecuadas y los casos de violación al procedimiento son muy raros. Sin embargo, en muchas jurisdicciones el mayor problema es que las personas tienen dificultades para acceder a la muerte asistida. Esto no debe considerarse un éxito.
G: ¿Cómo garantizar una mejor calidad de atención para los pacientes con poca expectativa de vida?
JD: En Canadá se están debatiendo los criterios de elegibilidad, y esto también ocurre en otros países. Cualquier cambio en la ley debe basarse en datos y valores locales. Es crucial mejorar los tratamientos para el sufrimiento de las personas con enfermedades incurables, tanto en términos de síntomas físicos como angustia psicológica, y hay mucho margen de mejora en estos tratamientos.