Una nueva esperanza para las mujeres con endometriosis ha llegado con la aprobación de una píldora innovadora en el Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido. No obstante, expertos advierten que su impacto podría ser mucho más limitado de lo esperado.
Este medicamento, denominado relugolix-estradiol-noretisterona (o terapia combinada con relugolix), es el primer tratamiento oral diario y a largo plazo para esta condición debilitante. Sin embargo, a pesar de su potencial, solo beneficiará a unas 1,000 mujeres al año, una pequeña fracción de las 1,5 millones de mujeres afectadas en el Reino Unido.
La endometriosis, que afecta a 1 de cada 10 mujeres, se produce cuando un tejido similar al revestimiento uterino crece fuera del útero, provocando dolor intenso, menstruaciones abundantes, fatiga y problemas de fertilidad. Actualmente, el diagnóstico puede tardar hasta ocho años y diez meses desde el inicio de los síntomas, un retraso que muchos consideran inaceptable.
Hannah Travis, abogada especializada en negligencia médica, ha expresado su escepticismo sobre el impacto real de esta píldora. “Aunque cualquier avance en la investigación médica es positivo, ayudar a solo 1,000 mujeres de 1,5 millones es una gota en el océano”, comentó a The Independent. También cuestionó la disparidad en la atención médica femenina: “No verías esta falta de urgencia si fuera una afección cardiovascular o cerebral”.
La introducción de esta píldora pone de manifiesto un problema más amplio: el retraso sistemático en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades médicas femeninas. Amanda Pritchard, directora ejecutiva del NHS England, reconoció que el sistema de salud "no siempre tiene en cuenta las necesidades de las mujeres". Solo en 2022 se implementó una formación obligatoria sobre condiciones médicas femeninas para los médicos en Inglaterra, como parte de la primera Estrategia de Salud de la Mujer del gobierno.
La píldora relugolix ofrece una alternativa más cómoda y menos invasiva que los tratamientos actuales, que incluyen cirugías y terapias hormonales más agresivas. Sin embargo, su uso está limitado a pacientes que ya hayan agotado todas las opciones médicas y quirúrgicas disponibles. Esto deja fuera a millones de mujeres que siguen buscando alivio para una enfermedad que puede afectar todos los aspectos de su vida diaria, tanto en lo profesional como en lo personal.
La abogada Travis destacó la importancia de mejorar la educación entre los médicos de atención primaria para identificar las "señales de alerta" de la endometriosis y acelerar los diagnósticos. "No hay daño en derivar a alguien para una evaluación temprana. Podría ahorrar años de sufrimiento y reducir costos a largo plazo", subrayó.
Aunque la nueva píldora es un paso en la dirección correcta, los defensores de la salud femenina insisten en que no es suficiente. La endometriosis sigue siendo una enfermedad que necesita más atención, recursos e investigación para garantizar que cada mujer afectada reciba el tratamiento que merece.