El Papa Francisco, de 88 años, permanece hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma debido a una "infección polimicrobiana del tracto respiratorio". Según un comunicado del Vaticano, aunque la afección es compleja y requiere hospitalización, el pontífice se mantiene "de buen humor".
Este tipo de infección se produce cuando distintos microorganismos, como bacterias y virus, afectan el cuerpo simultáneamente, lo que dificulta su tratamiento. En el caso del Papa, la infección compromete el tracto respiratorio, incluyendo pulmones, bronquios y tráquea, lo que puede generar dificultades para respirar.
El presidente de la Sociedad Italiana de Enfermedades Infecciosas y Tropicales, Roberto Parrella, destacó que la identificación de los gérmenes responsables es clave para administrar el tratamiento antibiótico más adecuado. Además, señaló que, si el Papa presenta bajos niveles de oxígeno, podría requerir oxigenoterapia u otras medidas médicas.
Francisco ha enfrentado diversos problemas de salud a lo largo de su vida. A los 21 años, fue sometido a una cirugía de urgencia debido a una infección pulmonar, lo que llevó a la extirpación del lóbulo superior de su pulmón derecho. También ha padecido bronquitis y neumonía, lo que podría influir en el tiempo de su recuperación.
El Vaticano ha enfatizado que esta infección no supone un deterioro significativo en su estado de salud, aunque aún no se ha determinado cuándo podría recibir el alta médica.