Coca-Cola, una de las marcas de bebidas más reconocidas globalmente, se encuentra en medio de una controversia luego de descubrirse niveles elevados de clorato en algunos lotes fabricados en su planta de Bélgica.
Este hallazgo ha provocado una retirada masiva de productos en varios países europeos y ha generado preocupación entre las autoridades sanitarias.
La compañía comunicó el 28 de enero que botellas y latas de Coca-Cola, Fanta, Sprite, Minute Maid y Fuze Tea, con códigos de producción del 328 GE al 338 GE, fueron retiradas de los mercados de Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos.
Aunque no se ha ordenado la retirada de productos en Francia, Alemania y Reino Unido, Coca-Cola indicó que una pequeña cantidad de estos lotes también llegó a esos países. Además, Dinamarca, Portugal y Rumania han iniciado investigaciones mediante el sistema de alerta rápida de la Unión Europea para verificar si las bebidas afectadas llegaron a sus mercados.
¿Qué es el clorato y cuáles son sus riesgos para la salud?
El clorato es un compuesto químico que puede formarse a partir de desinfectantes de cloro utilizados en el tratamiento del agua. El consumo prolongado o en grandes cantidades de clorato podría afectar la función de la glándula tiroides, especialmente en niños. Sin embargo, especialistas como Philippe Jorens, profesor de venenos y cuidados intensivos del Hospital Universitario de Amberes, aseguraron que el riesgo inmediato es bajo, ya que sería necesario consumir grandes cantidades de bebidas contaminadas para experimentar efectos graves.
La compañía detectó el problema durante controles de seguridad rutinarios, rastreando el origen hasta un contenedor utilizado en el tratamiento de agua en su planta de Gante, Bélgica. En su comunicado, Coca-Cola instó a los consumidores a no consumir los productos afectados y devolverlos a los puntos de venta para obtener un reembolso.
El impacto de los refrescos en la salud
Además de este incidente, el consumo frecuente de refrescos como Coca-Cola ha sido objeto de críticas por sus efectos negativos en la salud. Según la Harvard T.H. Chan School of Public Health, las bebidas azucaradas aportan calorías vacías que pueden contribuir al aumento de peso, desequilibrar la dieta y elevar el riesgo de obesidad y enfermedades renales. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) también ha señalado que el alto contenido de azúcar en los refrescos afecta especialmente la salud renal y fomenta problemas metabólicos.