Un reciente estudio realizado en conjunto por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la organización civil “El Poder del Consumidor” ha revelado una alarmante realidad: el 52% de los productos alimenticios en México contiene colorantes sintéticos que están restringidos o prohibidos en Europa.
Titulado “¿Qué es lo que comemos? El doble estándar de los colorantes en los productos ultraprocesados”, el estudio analizó 217 productos adquiridos en supermercados mexicanos entre noviembre de 2024 y febrero de 2025. Comparando las normativas de México con las de países como Suiza y el Reino Unido, la investigación resalta el rezago regulatorio en el país latinoamericano.
Los colorantes más comunes en los productos en México incluyen:
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Azul 1 y Azul 2
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Rojo 3 y Rojo 40
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Amarillo 5 y Amarillo 6
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Caramelo I, II y IV
Particularmente alarmante es el uso del Rojo 3, el cual fue recientemente prohibido en Estados Unidos debido a su vinculación con el desarrollo de cáncer en estudios con ratas. A pesar de esta prohibición, sigue presente en numerosos productos en México, especialmente aquellos dirigidos a niños.
Laura Moreno, experta en salud pública de la UNAM, advirtió que los alimentos ultraprocesados con estos colorantes y aditivos pueden causar problemas de salud como alergias, asma, hiperactividad, trastornos del sueño, e incluso enfermedades graves como diabetes, hipertensión y ciertos tipos de cáncer (gástrico, de colon y renal).
El uso de aditivos también está en aumento. El estudio revela que el promedio de aditivos por producto pasó de 4.6 en 2018 a 4.9 en 2024. Estos aditivos a menudo no son esenciales y se usan para mejorar la apariencia o el sabor de los productos.
Alejandra Contreras, del INSP, señaló que este fenómeno es preocupante debido a los riesgos innecesarios que implica para la salud de los consumidores. Los investigadores han instado a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) a tomar medidas inmediatas, incluyendo la implementación de etiquetas de advertencia para productos con colorantes y aditivos, la restricción o prohibición de su uso, especialmente en productos dirigidos a niños, y la actualización de la Norma de Aditivos Alimentarios vigente desde 2014.
Finalmente, los expertos han exhortado a la población a reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y optar por opciones más naturales, destacando la importancia de ser conscientes de los riesgos y exigir productos más saludables y regulados.