Este es un tema que genera preocupación entre algunas personas con enfermedad celíaca, pero un reciente estudio sugiere que no es necesario alarmarse. Las personas con esta enfermedad no experimentaron problemas tras besar a una pareja que había consumido galletas saladas, según los resultados presentados en la Semana de las Enfermedades Digestivas, celebrada en mayo en San Diego.
Los investigadores encontraron que la cantidad de gluten transferida durante un beso de 10 segundos era mínima, según las muestras de saliva de los pacientes celíacos.
"Ahora podemos tranquilizar a los pacientes diciéndoles que no es necesario que tomen medidas extremas", comentó la investigadora Anne Lee, profesora asistente de medicina nutricional en la Universidad de Columbia.
"Los pacientes con enfermedad celíaca pueden estar más tranquilos al saber que el riesgo de contaminación cruzada por gluten al besar a una pareja que ha comido gluten se reduce a niveles seguros si después de la comida se bebe un pequeño vaso de agua", agregó Lee.
La enfermedad celíaca es un trastorno autoinmune en el que el intestino reacciona al gluten, una proteína presente en muchos cereales. Generalmente, se caracteriza por problemas digestivos como dolor abdominal, indigestión y diarrea.
Investigaciones previas indicaban que las personas con celiaquía temían que el gluten pudiera transmitirse a través de un beso, pero no había suficientes datos para ofrecer recomendaciones claras, explicó Lee.
"Todos están preocupados por el gluten en la comida en los restaurantes, pero nadie había investigado lo que sucede cuando te besas después", indicó Lee. "Las recomendaciones previas sobre los besos y la enfermedad celíaca se basaban en precauciones e intuiciones, pero consideré que era importante investigar si realmente existía algún riesgo".
En el estudio, se reclutaron 10 parejas, en las que una de las personas tenía celiaquía. La pareja no celíaca comió 10 galletas saladas y luego se besó durante 10 segundos. En una sesión, las parejas esperaron cinco minutos antes de besarse, y en otra bebieron 4 onzas de agua antes del beso.
Los resultados mostraron que la transferencia de gluten fue mínima en ambos casos, según las muestras de saliva tomadas posteriormente. Después de beber el vaso de agua, la cantidad de gluten transferida fue inferior a 20 partes por millón, el nivel permitido para productos sin gluten, señalaron los investigadores.
Cabe señalar que los resultados presentados en congresos médicos son preliminares hasta que se publiquen en revistas científicas revisadas por pares.