Un estudio reciente revela que las zonas rurales de Estados Unidos enfrentan una creciente escasez de cirujanos oftalmológicos, lo que afecta el acceso a tratamientos para afecciones como cataratas, glaucoma y desprendimiento de retina. Aunque más del 17% de los pacientes que requieren cirugía ocular viven en áreas rurales, solo menos del 6% de los cirujanos oculares trabajan en estas regiones.
Entre 2012 y 2022, la población rural disminuyó aproximadamente un 2%, pero el número de cirujanos oftalmológicos en estas zonas también disminuyó. En particular, hubo una caída del 1,3% en cirujanos de córnea, del 3,3% en especialistas en glaucoma y del 2,1% en cirujanos oculoplásticos.
Esta falta de especialistas complica la vida de los residentes rurales, que a menudo deben viajar largas distancias para recibir atención médica, especialmente cuando se requieren procedimientos complejos como los trasplantes de córnea. Un 18,2% de los pacientes que se someten a trasplantes de córnea viven en áreas rurales, aunque investigaciones previas indican que solo el 3,5% de estos trasplantes se realizan en estas zonas, lo que sugiere que muchos pacientes rurales no reciben atención local.
Además, los cirujanos oculares que se gradúan recientemente tienen entre un 43% y un 82% menos de probabilidades de ejercer en áreas rurales en comparación con sus predecesores. Esto refleja una tendencia general de menor interés de los médicos en trabajar en zonas rurales, lo cual podría ser problemático debido al aumento proyectado en la demanda de atención médica en estas regiones.