La tuberculosis, a pesar de ser vista por algunos como una enfermedad del pasado, sigue siendo una de las mayores amenazas para la salud pública a nivel global. En México, los datos más recientes demuestran que esta afección continúa siendo un desafío importante para el sistema de salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tuberculosis fue la principal causa de muerte por enfermedad infecciosa en 2023, superando incluso al COVID-19. Ese año, se diagnosticaron aproximadamente 8.2 millones de casos en todo el mundo, la cifra más alta desde que la OMS comenzó a registrar esta enfermedad en 1995.
En México, la situación también es alarmante. En 2018, más de 1,800 personas fallecieron debido a esta enfermedad, y el 90% de esas muertes fueron por tuberculosis pulmonar. En lo que va de 2025, el panorama sigue siendo preocupante. De acuerdo con el Boletín Epidemiológico de la semana 10, ya se han reportado 4,593 casos en el país, de los cuales 3,742 corresponden a tuberculosis respiratoria, la forma más común y contagiosa, 106 a meningitis tuberculosa y 745 a otros tipos de tuberculosis.
Se estima que alrededor de una cuarta parte de la población mundial tiene tuberculosis latente, lo que significa que están infectados pero no presentan síntomas ni son contagiosos.
La tuberculosis es causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que afecta principalmente a los pulmones, aunque también puede dañar otros órganos como los riñones, la columna vertebral y el cerebro. Se transmite de persona a persona a través del aire cuando una persona infectada tose, estornuda o habla.
Elizabeth Castillo Villanueva, experta en el Laboratorio de Inmunogenética Viral y Bacteriana de la UNAM, explica que aunque muchas personas tienen tuberculosis latente, si no reciben tratamiento adecuado, esta infección puede progresar y volverse mortal.
A pesar de su gravedad, la tuberculosis es prevenible. La vacuna BCG (Bacilo de Calmette-Guérin), desarrollada en el Instituto Pasteur, es efectiva para proteger a los recién nacidos contra las formas graves de la enfermedad. En México, esta vacuna se administra gratuitamente a todos los recién nacidos, reduciendo de manera significativa las probabilidades de que los niños desarrollen formas graves de tuberculosis.
El aumento de los casos de tuberculosis en México durante 2025 resalta la necesidad urgente de mejorar las estrategias de prevención, detección y tratamiento. La colaboración entre las autoridades sanitarias, instituciones académicas como la UNAM y organizaciones internacionales es esencial para controlar la propagación de la enfermedad.
Es crucial que la población esté consciente de los síntomas de la tuberculosis, como la tos persistente, fiebre, pérdida de peso y fatiga, y que acuda al médico ante cualquier sospecha. Solo a través de la detección temprana y el tratamiento adecuado se podrá frenar el avance de esta silenciosa pero peligrosa epidemia.