Un estudio reciente sugiere que la salud mental de los padres influye significativamente en la probabilidad de que sus hijos desarrollen ansiedad, TDAH y otros trastornos conductuales.
Los investigadores encontraron que los niños tenían más de cuatro veces más riesgo de desarrollar un TDAH grave si su cuidador tenía una salud mental regular o mala, en comparación con aquellos cuyos cuidadores tenían una salud mental excelente.
Asimismo, el riesgo de padecer ansiedad grave era casi seis veces mayor en niños cuyos cuidadores reportaban problemas de salud mental, según los resultados publicados en la revista Pediatric Reports a finales del año pasado.
Un vínculo claro entre la salud de los padres y la de los hijos
"La investigación destaca el impacto duradero de la salud mental de los cuidadores en los trastornos infantiles, particularmente en la ansiedad, el TDAH y los problemas de conducta", señaló Lea Sacca, profesora asistente de la Universidad Atlántica de Florida.
Además, Sacca indicó que la pandemia de COVID-19, al aumentar el tiempo que los niños pasaban con sus cuidadores, reforzó la conexión entre la ansiedad infantil y el estado emocional de los adultos a su cargo. Esto sugiere que los efectos podrían ser duraderos y no solo temporales.
Datos y hallazgos clave del estudio
El estudio analizó datos de una encuesta federal sobre salud infantil entre 2019 y 2022, con información de casi 52,000 niños de entre 6 y 11 años.
Los resultados mostraron que:
🔹 Los cuidadores con mala salud mental tenían 3.7 veces más probabilidades de tener un hijo con problemas graves de comportamiento.
🔹 No se halló una relación significativa entre la salud mental del cuidador y el riesgo de depresión o autismo en los niños.
Importancia de un enfoque integral en la salud mental infantil
Los investigadores concluyen que la salud mental de los padres debe considerarse al abordar el desarrollo infantil. Los pediatras deben promover servicios de salud mental coordinados que beneficien no solo a los niños, sino a toda la familia.
"Nuestros hallazgos refuerzan la necesidad de un enfoque integral en el tratamiento de los trastornos infantiles, considerando el bienestar del cuidador como un factor clave", finalizó Sacca.