Un nuevo estudio realizado en la República Checa sugiere que el virus de la gripe aviar H5N1, altamente contagioso, podría propagarse por el aire en ciertas condiciones.
Los veterinarios del gobierno hicieron este hallazgo mientras investigaban un brote en una granja de pollos de alta seguridad en febrero pasado, que, a pesar de las estrictas medidas de bioseguridad, resultó en la muerte de miles de aves.
El Dr. Kamil Sedlak, autor principal del estudio, explicó que, tras explorar diversas posibles fuentes de transmisión, la propagación por el viento parecía ser la causa más probable. Los investigadores rastrearon el virus hasta una granja de patos cercana, a casi 8 kilómetros de distancia, que había sufrido un brote masivo días antes. En esa granja, 800 patos murieron el primer día, y en dos días, la cifra ascendió a 5,000. Finalmente, se sacrificaron 50,000 aves para controlar el brote.
Las aves de la granja de pollos comenzaron a enfermarse gradualmente, y las que estaban cerca de las rejillas de ventilación fueron las primeras en morir, lo que sugiere que fueron expuestas a partículas virales transportadas por el viento. Los datos meteorológicos confirmaron que había una brisa constante de oeste a este, que favoreció la propagación, y las condiciones de baja luminosidad y temperaturas frías también ayudaron a que el virus sobreviviera.
Aunque estos hallazgos se consideran preliminares y aún deben ser revisados por pares, el Dr. Richard Webby, director del Centro Colaborador para la Ecología de la Influenza de la OMS, comentó que, aunque la propagación por el viento se ha sospechado, es difícil de probar. A pesar de esto, algunos expertos creen que, bajo condiciones específicas, la transmisión aérea podría ser posible.
El Dr. Michael Osterholm, de la Universidad de Minnesota, destacó que, aunque el riesgo para los humanos de contraer el virus por esta vía es bajo, casos inusuales podrían ser explicados por esta propagación aérea. Además, la Dra. Montserrat Torremorell, de la misma universidad, sugirió que las granjas podrían considerar filtrar el aire en los establos como medida adicional para prevenir la propagación del virus.