La salud mental de los jóvenes atraviesa una crisis sin precedentes, según un informe reciente encargado por la ONU.
Niveles alarmantes de ansiedad, infelicidad y aislamiento social han sido reportados en países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá, Irlanda y Nueva Zelanda. Esta tendencia, documentada por los académicos Jean Twenge y David Blanchflower, podría tener serias repercusiones en el ámbito social y económico de estas naciones.
Un cambio en la percepción del bienestar
Tradicionalmente, el bienestar se representaba con una curva en U: los jóvenes experimentaban altos niveles de felicidad, los adultos de mediana edad enfrentaban más desafíos y las personas mayores volvían a sentirse más satisfechas.
No obstante, el informe revela un cambio drástico en esta tendencia. Actualmente, los jóvenes reportan niveles significativamente más bajos de bienestar, mientras que la satisfacción personal parece aumentar con la edad de manera constante.
Factores que contribuyen a la crisis
El estudio identifica tres factores clave detrás del deterioro de la salud mental juvenil:
- Redes sociales y aislamiento: La reducción de la interacción cara a cara ha acentuado el aislamiento social. Twenge advierte que el tiempo excesivo en plataformas digitales disminuye las interacciones sociales reales.
- Inseguridad económica: La dificultad para acceder a empleos estables, salarios competitivos y vivienda propia genera incertidumbre y desesperanza.
- Ansiedad ecológica: La creciente preocupación por la crisis climática también ha elevado los niveles de ansiedad y pesimismo entre los jóvenes.
Consecuencias económicas y sociales
El impacto de esta crisis va más allá de la salud individual, pues podría afectar el desarrollo económico a nivel global. En Estados Unidos, el número de jóvenes insatisfechos con su vida ha aumentado drásticamente desde 2013. En el Reino Unido, el uso de antidepresivos y los trastornos de ansiedad entre adolescentes han crecido considerablemente, una tendencia que también se observa en otros países analizados.
Además, la dificultad de los jóvenes para completar su educación o mantenerse en el mercado laboral podría reducir la productividad y frenar el crecimiento económico de estas naciones.