El director médico de Clínica Baviera, Gonzalo Muñoz, alerta sobre los daños irreversibles que el glaucoma puede causar en los ojos. Por ello, recomienda realizarse un examen ocular completo anual a partir de los 40 años, que no solo mida la presión intraocular (PIO), sino que también revise el ángulo de drenaje ocular, el nervio óptico, la visión periférica y el espesor de la córnea.
Muñoz destaca que realizar estas pruebas periódicamente permite detectar la enfermedad a tiempo, lo que posibilita seguir pautas para frenar la pérdida de visión. Además, Clínica Baviera recuerda que hasta un 90 % de los casos de ceguera por glaucoma podrían evitarse si se detectara a tiempo y se iniciara un tratamiento para controlar su progresión.
¿Qué es el glaucoma? El glaucoma es una enfermedad ocular que causa pérdida de visión debido a un daño en el nervio óptico, generalmente causado por un aumento en la presión intraocular (PIO). Es la segunda causa de ceguera en los países industrializados, solo después de la diabetes. La pérdida de visión ocurre de manera lenta, comenzando por la visión periférica (lateral), lo que resulta en lo que se conoce como visión en túnel o escopeta.
Causas del glaucoma Aunque las causas exactas del glaucoma no se conocen completamente, se cree que la elevación de la presión intraocular es un factor principal. Además, existen otros factores de riesgo como la edad, la miopía alta o patológica, antecedentes familiares, diabetes, predisposición anatómica, y el uso prolongado de esteroides o fármacos vasoconstrictores.
El glaucoma puede evolucionar de manera distinta según el tipo de la enfermedad. El más común es el glaucoma crónico, que afecta al 80 % de los pacientes. Este tipo es el más peligroso porque los afectados no notan los síntomas hasta que ya han perdido una cantidad significativa de visión. Por otro lado, el glaucoma de ángulo cerrado o estrecho es menos frecuente, pero presenta síntomas evidentes como dolor ocular intenso, enrojecimiento, pérdida de visión, dolor de cabeza y dilatación de la pupila. Si estos síntomas aparecen, es crucial acudir a un oftalmólogo de inmediato, ya que se trata de una urgencia médica.
Tratamiento del glaucoma El tratamiento del glaucoma varía según el tipo de enfermedad y el grado de evolución que haya tenido. El principal objetivo es controlar la presión intraocular (PIO), que es uno de los factores de riesgo más importantes. Sin embargo, los daños causados por el glaucoma son irreversibles, por lo que el tratamiento se centra en ralentizar su progresión y prevenir la pérdida adicional de visión.
La primera opción de tratamiento suele ser el uso de medicamentos, generalmente en forma de colirios. Si estos no son efectivos y la enfermedad sigue avanzando, los oftalmólogos pueden recurrir a tratamientos quirúrgicos, que buscan reducir la producción de humor acuoso o mejorar su drenaje. El humor acuoso es un líquido transparente que se encuentra en la parte anterior del ojo y es esencial para mantener la presión intraocular en niveles normales. Cuando su producción o drenaje se desequilibra, puede aumentar la presión intraocular, dañando el nervio óptico y conduciendo al glaucoma.