Un estudio reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) revela que las mujeres jóvenes en EE. UU. están adoptando una actitud indiferente hacia el embarazo, lo que está contribuyendo a la disminución de las tasas de fertilidad en el país.
Entre 1990 y 2023, el número total de nacimientos en EE. UU. disminuyó un 14%, y la tasa de fertilidad bajó un 23%, según el informe publicado en los Informes Nacionales de Estadísticas Vitales de los CDC.
Esta caída en la fertilidad ha sido especialmente notable entre las mujeres menores de 30 años. En 1990, las mujeres menores de 30 representaban el 70% de todos los nacimientos, pero para 2023, ese porcentaje se redujo al 49%. Aunque hubo un pequeño aumento en las tasas de natalidad entre las mujeres mayores de 30 años, este no fue suficiente para compensar la disminución en las mujeres jóvenes, señala el estudio.
"En resumen, el descenso en las tasas de fertilidad en las últimas décadas se debe principalmente a la disminución en las tasas de natalidad entre las mujeres menores de 30 años, lo cual ha sido parcialmente contrarrestado por aumentos en las tasas de fertilidad entre las mujeres de mayor edad", indicó el equipo de investigación liderado por Brady Hamilton, de la División de Estadísticas Vitales de los CDC.
El análisis de datos de nacimientos entre 1990 y 2023 mostró que el número total de nacimientos en EE. UU. disminuyó de 4.16 millones a poco menos de 3.6 millones anuales, y la tasa de fecundidad pasó de 71 a menos de 55 nacimientos por cada 1,000 mujeres.
La disminución en los nacimientos entre mujeres menores de 30 años fue notable: de un 70% al 49% entre mujeres menores de 30, del 39% al 21% entre mujeres menores de 25, y del 13% al 4% entre adolescentes menores de 20 años. En contraste, las mujeres de 30 a 34 años vieron un aumento del 24% en los nacimientos, las mujeres de 35 a 39 años un incremento del 90%, y las mujeres de 40 años o más un aumento del 193%.
El estudio concluye que, si las tasas de natalidad entre las mujeres menores de 30 años no hubieran disminuido, las tasas de fertilidad y el número de nacimientos en 2023 habrían sido más altos. En cambio, el retraso en la paternidad hacia edades más avanzadas está generando una combinación de embarazos postergados y no realizados, lo que resulta en una fertilidad total final más baja.