Cada vez son más los niños que desarrollan miopía a edades más tempranas. Algunos de los síntomas comunes incluyen visión borrosa, entrecerrar los ojos para ver a distancia, acercarse demasiado a los objetos, parpadear en exceso o sufrir dolores de cabeza. Aunque las pantallas son un factor contribuyente, también influye la falta de tiempo al aire libre, un hábito que se está perdiendo.
Una investigación del Departamento de Oftalmología de la Clínica Universidad de Navarra ha demostrado que una mayor exposición al sol puede proteger contra el desarrollo de la miopía. Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron el biomarcador CUVAF, una mancha en la superficie ocular generada por la radiación ultravioleta, que es más prominente en personas que no tienen miopía.
El doctor Sergio Recalde, investigador principal, explica que el CUVAF proporciona una medida objetiva para evaluar la relación entre el tiempo que los niños pasan al aire libre y la progresión de la miopía. El estudio reveló que los niños que pasan menos tiempo al aire libre sufren más de esta condición. Por lo tanto, pasar tiempo al aire libre se considera un factor clave para prevenir la miopía.
Publicado en la revista Frontiers in Medicine, el estudio incluyó a 263 niños de entre 6 y 17 años, a quienes se les midió el área de CUVAF en consulta. Los resultados mostraron que la miopía generalmente comienza a desarrollarse a los 8 años, y que los niños con miopía pasaban menos horas al aire libre cada semana. Además, se encontró que el área de CUVAF era más pequeña en los niños miopes que en aquellos con visión normal.
El doctor Recalde enfatiza la importancia de fomentar que los niños pasen más tiempo al aire libre, ya que se ha demostrado que el uso excesivo de pantallas y actividades que requieren visión de cerca aumentan el riesgo de progresión de la miopía.