Un nuevo estudio del UK Biobank ha identificado una preocupante relación entre el consumo frecuente de bebidas azucaradas y el aumento del riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica (ERC), una condición grave que afecta la capacidad de los riñones para filtrar la sangre y realizar otras funciones esenciales.
Beber más de una porción diaria de estas bebidas incrementa notablemente el riesgo, mientras que reducir su consumo podría ser crucial para proteger la salud renal.
La ERC implica un daño progresivo de los riñones, lo que, de no ser tratado, puede llevar a insuficiencia renal. En etapas avanzadas, los pacientes necesitan diálisis o incluso un trasplante de riñón para sobrevivir. Las principales causas de esta enfermedad incluyen diabetes, hipertensión, glomerulonefritis y trastornos hereditarios como la enfermedad renal poliquística, además de factores como infecciones urinarias recurrentes o la presencia de cálculos renales.
El estudio, publicado en febrero, indica que el exceso de bebidas azucaradas es un factor de riesgo significativo para la salud renal. Aunque las bebidas endulzadas artificialmente también generan preocupación, no se halló una relación relevante entre el consumo de jugos naturales y la aparición de ERC, lo que resalta la importancia de elegir opciones más saludables.
La Escuela de Salud Pública T. H. Chan de la Universidad de Harvard señala que el consumo regular de bebidas azucaradas también está relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y muerte prematura. Aunque los edulcorantes bajos en calorías se consideran una alternativa menos dañina, los expertos advierten que su uso puede aumentar el deseo de consumir más alimentos dulces, lo que podría anular sus beneficios.
Para proteger tanto la salud renal como la general, los especialistas sugieren reducir el consumo de bebidas azucaradas, incluidas las deportivas y energéticas. Optar por agua, infusiones sin azúcar o jugos naturales en cantidades moderadas puede ser una opción más saludable. Además, mantener un control sobre la ingesta calórica y seguir un estilo de vida saludable son claves para prevenir enfermedades crónicas que afectan negativamente los riñones.