Ese es el principal mensaje de un estudio reciente sobre cómo la resiliencia mental se vio afectada durante la pandemia de COVID-19. Los investigadores concluyeron que este enfoque es útil para enfrentar cualquier tipo de situación adversa.
Las personas "juguetonas" se destacan por su mayor optimismo al imaginar el futuro, su creatividad para resolver problemas y su esfuerzo por infundir disfrute en las actividades cotidianas, explicó Xiangyou "Sharon" Shen, autora principal del estudio y profesora en la Universidad Estatal de Oregón (OSU).
El estudio, publicado el 9 de febrero en Frontiers in Psychology, rastreó la salud mental de 503 personas durante la pandemia. Los psicólogos reconocen que el juego es una característica importante de la personalidad, y existe incluso una escala para medirla.
Shen señaló que durante la pandemia, las personas con puntuaciones altas en esta escala gestionaron mejor las situaciones difíciles, encontraron formas creativas de adaptarse a lo perdido, vieron los obstáculos como oportunidades de crecimiento y mantuvieron un fuerte sentido de control sobre sus respuestas.
El estudio reveló que las personas más juguetonas tendían a experimentar menos estrés durante los años de COVID que las menos juguetonas.
Shen explicó que no es que las personas juguetonas participen más en actividades ni realicen actividades de forma diferente. En cambio, se sumergen más en lo que hacen, son más activas y disfrutan más de sus actividades cotidianas.
"En esencia, se trata de hacer limonada con los limones", dijo Shen, quien dirige el Laboratorio de Investigación de Salud, Medio Ambiente y Ocio (HEAL) de la OSU. "La combinación de evaluación realista y flexibilidad en la resolución de problemas de las personas juguetonas resultó ser una fórmula poderosa que muestra cómo los rasgos de personalidad, como el juego, afectan nuestras respuestas al estrés".
No obstante, las personas juguetonas no miraban la pandemia de manera idealista. Eran igual de realistas sobre los riesgos de la COVID-19 que los demás, pero se destacaron en "hacer limonada", es decir, encontrar maneras creativas de generar momentos de alegría incluso en tiempos difíciles.
Shen subrayó que la alegría no es algo con lo que se nace, sino que se puede cultivar.
Los investigadores sugirieron algunas formas de incorporar más alegría en la vida diaria:
- Buscar actividades que despierten alegría y curiosidad.
- Variar las formas de realizar actividades cotidianas.
- Buscar oportunidades para explorar de manera espontánea y no estructurada.
- Rodearse de personas que mantengan un buen ánimo y que también valoren el juego.
- No rechazar los momentos más tontos de la vida.
- Incluir tiempo para el juego, aunque sea solo 10 minutos al día, en la rutina.
"El verdadero juego no requiere un parque de juegos, juegos o juguetes", dijo Shen. "Se trata de aportar apertura, flexibilidad y diversión a los momentos cotidianos".