Prevenir o tratar infecciones podría ser clave para protegerse contra la demencia, según una reciente revisión publicada en Alzheimer's and Dementia: Translational Research & Clinical Interventions.
El estudio encontró que las vacunas, los antibióticos, los medicamentos antivirales y los antiinflamatorios están asociados con un menor riesgo de desarrollar demencia, lo que respalda la hipótesis de que ciertas infecciones podrían desencadenar esta enfermedad.
Principales hallazgos:
- Medicamentos prometedores: Los antivirales y las vacunas destacan como opciones potenciales para reducir el riesgo de demencia. Los antiinflamatorios, como el ibuprofeno, también mostraron efectos protectores.
- Inflamación y demencia: La inflamación parece jugar un papel importante en el desarrollo de demencias comunes, respaldado por la relación entre ciertos genes inflamatorios y un mayor riesgo de la enfermedad.
Metodología:
Los investigadores analizaron 14 estudios que incluyeron datos de más de 130 millones de personas y 1 millón de casos de demencia. Su objetivo fue identificar medicamentos ya existentes que podrían reutilizarse para tratar o prevenir la enfermedad.
Resultados contradictorios:
Aunque algunos medicamentos, como los usados para la presión arterial, la diabetes o los antidepresivos, mostraron asociaciones variables con el riesgo de demencia, los análisis agrupados revelaron un patrón más consistente con los antibióticos, antivirales y vacunas.
Precauciones:
- Los investigadores advirtieron que estos estudios no prueban una relación causal directa entre el uso de estos medicamentos y la reducción del riesgo de demencia.
- Es importante consultar a un médico antes de realizar cambios en el tratamiento médico, ya que cada medicamento tiene beneficios y riesgos específicos.
Próximos pasos:
Se requiere más investigación para confirmar la eficacia de estos medicamentos y explorar nuevas opciones terapéuticas que puedan ralentizar o prevenir la progresión de la demencia. Según el Dr. Benjamin Underwood, identificar medicamentos ya aprobados para otros usos podría acelerar significativamente su disponibilidad para pacientes.