El consumo de este condimento popular aumenta el riesgo de cáncer, según la OMS

La sal ha sido un ingrediente esencial en la cocina durante siglos, utilizado para realzar sabores y conservar alimentos.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una advertencia seria sobre el consumo excesivo de sal, relacionándolo no solo con problemas cardiovasculares, sino también con un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer gástrico. Este llamado ha generado preocupación a nivel mundial, ya que la sal es un componente omnipresente en nuestra alimentación diaria.

El impacto del exceso de sal en la salud

Aunque el daño que la sal causa a la presión arterial y al sistema cardiovascular ya era bien conocido, las recientes declaraciones de la OMS destacan un nuevo peligro: el cáncer de estómago. El exceso de sodio daña la mucosa gástrica, lo que puede facilitar la colonización de la bacteria Helicobacter pylori, que está asociada con la gastritis crónica y, a largo plazo, con el desarrollo de cáncer gástrico.

Cada año, alrededor de 1,89 millones de muertes en el mundo son atribuibles al consumo excesivo de sodio, según la OMS. Esta cifra alarmante subraya la necesidad de revisar nuestros hábitos alimenticios, especialmente dado que la sal se encuentra en una gran variedad de alimentos procesados, desde salsas comerciales hasta productos instantáneos.

Cómo reducir el consumo de sal

A pesar de los riesgos asociados con el consumo elevado de sal, reducir su ingesta no implica perder sabor en las comidas. Existen estrategias prácticas que pueden ayudarnos a mantener una dieta equilibrada y prevenir enfermedades graves. La OMS recomienda limitar el consumo de sal a 5 gramos diarios (menos de una cucharadita). Aquí algunos consejos para lograrlo:

1. Prefiere alimentos frescos: Opta por frutas, verduras y carnes frescas en lugar de alimentos procesados.

2. Elige productos bajos en sodio: Al comprar alimentos, revisa las etiquetas y busca aquellos con menos de 120 mg de sodio por cada 100 gramos.

3. Cocina con hierbas y especias: Sustituye la sal por ingredientes naturales como ajo, pimienta, limón y hierbas aromáticas para dar sabor a tus platillos.

4. Evita salsas y aderezos comerciales: Estos productos suelen tener un alto contenido de sodio, por lo que es mejor prepararlos de forma casera.

5. Retira el salero de la mesa: Reducir la disponibilidad de sal en la mesa puede ayudar a reducir su uso de manera inconsciente.

En resumen, aunque la sal tiene un rol importante en nuestra dieta, es esencial moderar su consumo para proteger nuestra salud. Adoptar hábitos más saludables no solo puede reducir el riesgo de enfermedades graves, sino que también mejora nuestra calidad de vida a largo plazo.