El cáncer será la principal causa de muerte en Europa para 2035, y aunque ya lo es en varios países del noroeste del continente, la cifra se ha estabilizado desde 2008, con entre 1,3 y 1,4 millones de muertes anuales, según un informe del Instituto Sueco de Economía de la Salud (IHE) para la Federación de la Industria Farmacéutica Europea (Efpia).
Actualmente, el cáncer es la segunda causa de muerte en Europa, representando el 23% de las defunciones, y es la principal causa de muerte en personas menores de 65 años, lo que subraya la urgente necesidad de seguir avanzando en prevención, detección temprana, diagnóstico y tratamiento. En España, según el informe 'Defunciones según la Causa de Muerte' del Instituto Nacional de Estadística (INE), el cáncer fue la principal causa de muerte en 2023.
El número de nuevos diagnósticos de cáncer en Europa ha aumentado casi un 60% entre 1995 y 2022, principalmente debido al envejecimiento de la población y a factores de riesgo como el tabaquismo, la obesidad, el consumo de alcohol y una dieta poco saludable. Se estima que entre el 30% y el 50% de los nuevos casos están relacionados con estos factores, y se prevé que casi uno de cada dos hombres y más de una de cada tres mujeres en la UE serán diagnosticados con cáncer antes de los 85 años.
A pesar del aumento en la incidencia, la mortalidad no ha crecido al mismo ritmo, gracias a los avances en los tratamientos oncológicos. Cánceres como los de mama, próstata, testículos, tiroides, melanoma y linfoma de Hodgkin ya tienen una tasa de supervivencia a cinco años superior al 90% en los países con mejores resultados.
El informe también destaca que países como 12 han logrado reducir las muertes por cáncer por cada 100.000 habitantes entre 1995 y 2022, lo que representa un avance en la lucha contra la enfermedad. Si los 15 países con datos de supervivencia alcanzaran las tasas de Suecia, se podrían evitar casi 200.000 muertes anuales por cáncer.
En términos de gasto, el presupuesto destinado a la atención oncológica en Europa ha aumentado significativamente, de 62.000 millones a 146.000 millones de euros entre 1995 y 2023. Sin embargo, este gasto varía considerablemente entre los países. Los países con mayor gasto per cápita, como Alemania y Suiza, tienen tasas de supervivencia más altas, pero la eficiencia del gasto es clave, ya que Suecia y Suiza tienen resultados similares a pesar de las diferencias en el gasto.
Además, aunque el costo directo del tratamiento del cáncer ha aumentado, los avances en los tratamientos han ayudado a reducir los costos indirectos, como la pérdida de productividad. Se prevé que las nuevas terapias, como las inmunoterapias y las vacunas terapéuticas basadas en ARNm, mejoren aún más los resultados.
El informe también destaca la importancia del diagnóstico molecular y la Medicina de Precisión en la oncología moderna, y aunque los medicamentos contra el cáncer aprobados por la EMA han aumentado, las disparidades en los precios y los plazos de reembolso siguen siendo barreras para acceder a estos tratamientos. Los expertos sugieren que se debe priorizar el valor de los nuevos medicamentos oncológicos y mejorar la eficiencia en el uso de los recursos para optimizar los resultados sin comprometer la calidad del tratamiento.
Finalmente, el informe subraya que mantener el impulso de la UE en la lucha contra el cáncer es crucial y que las iniciativas políticas en curso pueden mitigar las disparidades en el acceso a tratamientos.