Uno de los debates más comunes en el ámbito del cuidado de la piel es sobre la frecuencia ideal para lavar la cara. ¿Es suficiente hacerlo una vez al día? ¿Es excesivo dos veces? Para algunos, las personas que logran resultados perfectos sin lavarse mucho la cara generan dudas: ¿realmente es necesario?
Según los dermatólogos y expertos en cuidado de la piel, no existe una respuesta única. La frecuencia adecuada depende de tu tipo de piel y de tus hábitos de cuidado personal.
Frecuencia de lavado y elección de productos
La clave es encontrar una rutina que se adapte a tus necesidades. Lo importante es que la rutina de cuidado de la piel te haga sentir bien, tanto a ti como a tu piel.
Piel normal, grasa, mixta o propensa al acné
El dermatólogo Brendan Camp recomienda lavar la cara dos veces al día: por la mañana y por la noche. Esto ayuda a eliminar el exceso de grasa, la suciedad, las células muertas y los residuos de productos que pueden obstruir los poros y causar irritación. Además, si usas productos como retinol o sérums exfoliantes por la noche, una limpieza matutina es crucial para evitar la acumulación de residuos que puedan irritar la piel. Por la noche, la limpieza elimina las impurezas del día y prepara la piel para los tratamientos nocturnos.
Piel seca o sensible
Para quienes tienen piel seca o sensible, generalmente es suficiente lavar la cara solo por la noche. La dermatóloga Amy Spizuoco señala que limpiarse más de una vez al día puede eliminar la hidratación natural de la piel, empeorando la sequedad o sensibilidad. No obstante, después de hacer ejercicio, estar en ambientes contaminados o usar retinol o exfoliantes, una limpieza suave por la mañana puede ser adecuada. Se recomienda usar productos como agua micelar o solo enjuague con agua.
Elegir el limpiador adecuado
Independientemente de la frecuencia, el tipo de limpiador es fundamental. Los expertos sugieren:
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Piel grasa o mixta: Limpiadores en gel, como el Youth to the People Superfood Cleanser, que limpian profundamente sin resecar.
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Piel seca o sensible: Limpiadores cremosos, como el Vanicream Gentle Facial Cleanser, que ayudan a mantener la hidratación natural.
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Evitar sulfatos: Estos ingredientes pueden ser demasiado agresivos, eliminando aceites esenciales de la piel.
Cuidados adicionales
Si usas maquillaje o protector solar, la doble limpieza puede ser útil: primero un limpiador a base de aceite para eliminar residuos y luego uno a base de agua. También, productos con ácido salicílico o peróxido de benzoilo pueden ser útiles para controlar el acné, aunque deben usarse según la tolerancia de la piel.
La regla de oro: escuchar a tu piel
La esteticista Joanna Vargas resalta que la limpieza debe dejar la piel fresca y limpia, sin causar enrojecimiento ni sensibilidad. Si notas irritación, es hora de ajustar tu rutina.