Imagina caminar descalzo, sintiendo la conexión directa de tus pies con el suelo. Aunque suele asociarse con momentos de relajación en la playa o en casa, esta práctica simple está ganando relevancia entre los profesionales de la salud debido a sus sorprendentes beneficios.
Desde fortalecer los músculos del pie hasta mejorar la postura, caminar sin zapatos podría ser más relevante de lo que pensamos.
Según el podólogo Robert Conenello, nuestros pies están hechos para moverse libremente, pero el uso constante de zapatos puede debilitarlos, limitando su movilidad y la capacidad natural del cuerpo para adaptarse al terreno. Incluso el uso de calcetines podría interferir con el funcionamiento adecuado de esta parte esencial del cuerpo.
Un estudio publicado en 2021 por la revista Nature respalda esta idea. Los investigadores descubrieron que las personas que usaron calzado minimalista durante seis meses experimentaron un aumento del 57.4 % en la fuerza de sus pies. Además, mejoraron su equilibrio y redujeron el riesgo de caídas, mostrando cómo esta práctica puede tener un impacto positivo en la salud a largo plazo.
Sin embargo, no solo se trata de tener músculos más fuertes. Caminar descalzo también puede ayudarnos a recuperar la forma natural de caminar. La podóloga funcional Rina Harris señala que nuestros pies están diseñados para moverse en distintos planos y adaptarse al terreno. Los zapatos modernos, especialmente los de diseño estrecho, limitan esta capacidad, lo que no solo afecta la marcha, sino que también puede causar deformidades como los juanetes.
El diseño angosto de muchos zapatos impide que los dedos se expandan al caminar, alterando la forma en que los pies interactúan con el suelo. Además, las suelas acolchonadas, aunque cómodas, disminuyen la estimulación sensorial necesaria para mantener una buena postura y estabilidad. Harris destaca que caminar descalzo sobre superficies naturales puede beneficiar la salud musculoesquelética y reducir problemas posturales.
Aunque los beneficios son evidentes, caminar descalzo no es adecuado para todos. El doctor Daniel Stewart advierte que esta práctica podría causar lesiones, especialmente en personas con problemas preexistentes, como daño nervioso o dolor crónico. Con la edad, la capa protectora de las plantas de los pies se adelgaza, lo que puede hacer que caminar sobre superficies duras sea más incómodo.
Además, el contacto directo con el suelo puede exponer la piel a bacterias, hongos y alérgenos, aumentando el riesgo de infecciones. Por ello, los expertos sugieren avanzar con cautela y escuchar al cuerpo. Comenzar en casa o sobre superficies suaves como césped o arena puede ser una forma segura de fortalecer los pies.