9 señales de alerta de prediabetes que no debes ignorar

La prediabetes es una afección silenciosa que afecta a millones de personas.
Se caracteriza por niveles de glucosa en sangre superiores a lo normal, aunque aún no lo suficientemente altos para diagnosticar diabetes tipo 2. Generalmente no presenta síntomas claros, lo que dificulta su detección temprana. No obstante, ignorarla incrementa mucho el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, así como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Aumento de la sed y micción frecuente
Aunque la prediabetes suele pasar desapercibida, un incremento inusual en la sed (polidipsia) y en la necesidad de orinar con frecuencia (poliuria) puede indicar que la glucosa sanguínea está elevándose notablemente, acercándose a niveles propios de la diabetes tipo 2. El organismo intenta expulsar el exceso de azúcar a través de la orina, lo que provoca deshidratación y, en consecuencia, más sed.
Cansancio persistente, especialmente después de comer
Sentirse agotado de manera constante, sobre todo tras las comidas, puede reflejar que el cuerpo no está utilizando la glucosa de forma adecuada. La resistencia a la insulina impide que las células obtengan energía de la glucosa, generando una sensación continua de fatiga.
Visión borrosa intermitente
La visión borrosa que aparece de forma esporádica puede ser un signo temprano de que los altos niveles de azúcar están afectando los pequeños vasos sanguíneos de los ojos. El exceso de glucosa puede alterar la forma del cristalino y causar dificultad para enfocar.
Oscurecimiento de la piel (acantosis nigricans)
La aparición de parches oscuros y de textura aterciopelada en áreas como el cuello, las axilas, la ingle o los nudillos suele relacionarse con acantosis nigricans. Esta condición es un fuerte indicador de resistencia a la insulina, uno de los principales antecedentes de la prediabetes.
Aumento del hambre o apetito continuo
Si experimentas hambre excesiva incluso después de comer, es posible que tus células no estén recibiendo la glucosa necesaria para generar energía. Esto lleva al cuerpo a "pedir" más alimento, en especial carbohidratos, en un intento por suplir esa falta de energía.
Cicatrización lenta o infecciones frecuentes
El azúcar elevada en sangre afecta tanto la circulación como el sistema inmunológico, retrasando la curación de heridas. Cortes o rasguños que tardan demasiado en sanar, así como infecciones repetitivas, pueden ser señales de alerta.
Variaciones de peso sin causa aparente
Cambios inexplicables de peso, ya sea aumento o pérdida, pueden tener relación con alteraciones en el control de la glucosa. La resistencia a la insulina puede dificultar adelgazar, mientras que la pérdida de peso involuntaria podría indicar un uso ineficiente de la glucosa.
Acumulación de grasa abdominal
Un aumento de grasa, especialmente en la zona del abdomen, es un factor de riesgo clave para la resistencia a la insulina y la prediabetes. Una cintura igual o superior a 40 pulgadas en hombres y 35 pulgadas en mujeres se asocia con mayor probabilidad de presentar estos problemas metabólicos.
Irritabilidad, cambios de humor o “niebla mental”
Las variaciones en la glucosa pueden influir en el estado de ánimo, los niveles de energía y la claridad mental. Irritabilidad, cambios de humor frecuentes o dificultades para concentrarse pueden ser signos tempranos de alteraciones metabólicas que a menudo pasan desapercibidas o se atribuyen al estrés o la edad.
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