La Navidad y el Año Nuevo suelen ser momentos de alegría, pero también de excesos, especialmente en lo que respecta a la comida y el consumo de azúcar. Los postres típicos de estas festividades, como los buñuelos, la ensalada de manzana y el panettone, aunque deliciosos, pueden tener efectos negativos sobre la salud si se consumen en exceso.
La nutrióloga Paola Farias Oregel advierte que un alto consumo de azúcar puede elevar los niveles de glucosa en la sangre, aumentar el porcentaje de grasa corporal y visceral, y provocar sedentarismo, fatiga y sueño. Además, el exceso de azúcar puede afectar órganos como el páncreas, el hígado y los riñones. A largo plazo, este comportamiento puede desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, que en México afecta a millones de personas. En 2022, más de 21 millones de adultos tenían prediabetes y 4.5 millones sufrían de diabetes.
A pesar de estos riesgos, las personas con diabetes controlada pueden disfrutar de los dulces navideños en pequeñas cantidades. La clave está en la moderación y el control de los niveles de glucosa. Sin embargo, las personas con glucosa descontrolada deben evitar los postres.
Por otro lado, el "blues de Navidad" o depresión invernal es un fenómeno común durante esta temporada, caracterizado por tristeza, ansiedad, insomnio y estrés. Aunque algunas personas recurren a la comida y bebidas azucaradas como una forma de alivio temporal, el consumo excesivo de azúcar puede empeorar el malestar emocional. Para combatir estos sentimientos, la nutrióloga recomienda optar por frutas y verduras frescas en lugar de alimentos azucarados, ya que pueden mejorar el estado de ánimo y prevenir el aumento de peso.
En resumen, si bien los festejos navideños son una oportunidad para disfrutar en familia, es importante mantener un consumo moderado de azúcar para cuidar nuestra salud física y emocional durante las fiestas.