Una nueva prueba rápida de hisopo nasal podría ayudar a diagnosticar los impulsores específicos del sistema inmunitario detrás del asma en los niños, lo que permitiría un tratamiento más personalizado y efectivo. El estudio, publicado en Journal of the American Medical Association, se centró en identificar el subtipo de asma o "endotipo" de cada niño, ya que el asma es una enfermedad crónica con múltiples formas, que responden de manera distinta a los tratamientos.
El asma afecta a aproximadamente 1 de cada 10 niños, y los médicos tradicionalmente clasifican la enfermedad en diferentes subtipos según las células inmunitarias responsables de la inflamación en las vías respiratorias. Estos incluyen T2-alto (impulsado por las células T helper 2), T17-alto (impulsado por las células T helper 17) y bajo-bajo (donde ninguno de estos tipos parece ser el responsable).
Hasta ahora, para diagnosticar con precisión el subtipo de asma, se requería un procedimiento invasivo que consistía en obtener una muestra de tejido pulmonar bajo anestesia, lo que no era adecuado para niños con asma más leve. Las pruebas actuales, como las de sangre o función pulmonar, no son 100% precisas y no pueden identificar los subtipos T17-alto o bajo-bajo.
En el nuevo estudio, los investigadores recolectaron muestras nasales de casi 460 niños y analizaron la presencia de genes vinculados a las células inmunitarias T2 o T17. Los resultados mostraron que la prueba de hisopo nasal puede identificar con precisión el subtipo de asma de cada niño.
La prueba también podría ayudar a dirigir a los niños con asma T2-alto hacia medicamentos más específicos que actúan sobre las células inmunitarias que impulsan la enfermedad, un área donde ya existen tratamientos avanzados. Sin embargo, para los subtipos T17-alto y bajo-bajo, aún no hay tratamientos efectivos, pero la prueba podría impulsar el desarrollo de nuevas opciones terapéuticas.
Además, esta prueba podría ser útil en otras investigaciones sobre el asma, como comprender cómo la enfermedad cambia con el tiempo, especialmente durante la pubertad, y si el endotipo varía con la edad o el tratamiento.