Según un informe del Centro de Información de la Cistitis, el 50% de las mujeres experimentará una infección urinaria en algún momento de su vida.
De ellas, el 25% sufrirá una infección secundaria en los seis meses posteriores a la primera, y entre el 44% y el 77% la padecerá dentro de un año. Las infecciones urinarias se dividen en dos tipos: cistitis, que afecta a la vejiga, y uretritis, que afecta a la uretra.
Una de cada cuatro mujeres sufre episodios de cistitis cada año, lo que indica que las mujeres son más propensas a padecer esta infección debido a que su uretra es más corta que la de los hombres, facilitando el acceso de los gérmenes del área perineal a la vejiga, explica la uróloga Patricia Ramírez, de la Unidad de Urología y Litiasis del Hospital Ruber Internacional.
Las infecciones urinarias son más comunes en mujeres después de la menopausia, debido a alteraciones hormonales y cambios en la zona vaginal. Por esta razón, muchas mujeres mayores de 70 años sufren incontinencia urinaria, lo que favorece las infecciones, especialmente al usar compresas o pañales para controlar estas pérdidas.
Aunque las infecciones urinarias afectan principalmente a mujeres, los hombres también pueden padecerlas, aunque con menor frecuencia. Sin embargo, en ellos, las infecciones suelen ser más graves, especialmente en hombres mayores de 50 años, debido a problemas relacionados con la próstata.
Los síntomas comunes de las infecciones urinarias, tanto en hombres como en mujeres, incluyen dolor o escozor al orinar (disuria), necesidad frecuente de orinar, sensación de no vaciar completamente la vejiga y urgencia para ir al baño. También pueden presentarse despertares nocturnos para orinar (nicturia). Un síntoma alarmante es la presencia de sangre en la orina (hematuria), lo que debe ser atendido inmediatamente por un urólogo, ya que puede indicar problemas más graves que una simple infección urinaria.
Para prevenir infecciones urinarias, los expertos recomiendan no aguantar la orina, orinar entre seis y ocho veces al día, beber suficiente agua, usar productos íntimos de pH neutro, mantener una buena higiene durante la menstruación, lavarse adecuadamente antes de tener relaciones sexuales, y orinar antes y después de estas. Además, evitar el estreñimiento y consumir suplementos alimenticios adecuados también puede ayudar a prevenir infecciones urinarias.