El tráfico denso en las autopistas podría estar influyendo en la depresión, y no solo por el estrés de los embotellamientos.
Un estudio reciente, publicado el 21 de enero en la revista Menopause, sugiere que la contaminación del aire causada por el tráfico aumenta el riesgo de depresión en las mujeres. Los investigadores también plantean que esta exposición podría afectar los ciclos menstruales, lo que a su vez incrementaría la probabilidad de desarrollar síntomas depresivos.
"La contaminación atmosférica vinculada al tráfico se asoció significativamente con ciclos menstruales más largos, y estos, a su vez, con una mayor incidencia de depresión", explicó el equipo liderado por Anwesha Pan, estudiante de posgrado en la Universidad de Washington, en Seattle.
Este impacto parece ser más marcado en mujeres de bajos recursos y en minorías, que suelen residir en áreas con mayor congestión vehicular. La contaminación del aire podría estar creando una combinación de factores de riesgo que afectan la salud mental de poblaciones vulnerables, advirtieron los autores.
El estudio analizó la salud de cerca de 700 mujeres en edad reproductiva del norte de California, comparando su lugar de residencia con datos estatales de tráfico para estimar su exposición a gases de escape.
Los hallazgos revelaron que una mayor exposición a la contaminación del aire derivada del tráfico estaba relacionada con niveles más altos de depresión, según cuestionarios estandarizados sobre síntomas depresivos.
Asimismo, se observó que los ciclos menstruales más largos y con variaciones significativas estaban asociados con una mayor propensión a la depresión. Esto podría deberse a que ciertos contaminantes presentes en los gases de escape imitan el estrógeno, alterando la función reproductiva de las mujeres.
Estos resultados coinciden con estudios previos que han vinculado la contaminación del aire con la depresión, señalando un mayor riesgo en mujeres.
"Las sustancias químicas en la contaminación podrían estar afectando las hormonas que regulan el ciclo menstrual, lo que, a su vez, influye en el riesgo de depresión", señalaron los investigadores. "Se ha demostrado que los niveles de estrógeno y sus fluctuaciones están relacionados con la probabilidad de desarrollar síntomas depresivos".
A su vez, estos hallazgos sugieren que la contaminación del aire podría estar contribuyendo a las disparidades en salud mental entre comunidades de bajos ingresos situadas cerca de autopistas y vías de alto tráfico.
El estudio también mostró que un mayor nivel socioeconómico estaba asociado con un menor riesgo de depresión.
"Estas conexiones entre el nivel socioeconómico y la depresión son preocupantes, ya que la contaminación del aire relacionada con el tráfico afecta de manera desproporcionada a quienes viven en comunidades más desfavorecidas", concluyeron los investigadores.