La materia oscura es una forma de materia que no interactúa con la luz, lo que la hace indetectable para los telescopios convencionales.
Su presencia se infiere a partir de los efectos gravitacionales que ejerce sobre galaxias y cúmulos galácticos, contribuyendo a la estabilidad de sus estructuras. Se estima que constituye alrededor del 85% de la materia del universo, mientras que la materia ordinaria, la que forma átomos, representa solo el 15%.
Posibles candidatos para la materia oscura
Aunque su composición sigue siendo un misterio, diversas teorías han propuesto que podría estar compuesta por partículas masivas de interacción débil (WIMPs), axiones o incluso pequeños agujeros negros primordiales formados poco después del Big Bang. Hasta el momento, ningún experimento ha logrado detectarla de manera concluyente, pero un nuevo enfoque podría cambiar esta situación.
Una estrategia innovadora para su detección
Durante años, los intentos por capturar WIMPs han sido infructuosos y rastrear axiones ha resultado aún más complicado. Ahora, un equipo de investigadores ha ideado un método basado en láseres ultraestables y relojes atómicos conectados a satélites GPS para medir las sutiles alteraciones que podría causar la materia oscura.
Ashlee Caddell, investigadora de la Universidad de Queensland, explicó el principio detrás del experimento:
"A pesar de décadas de estudios, la materia oscura sigue siendo esquiva, aunque es fundamental para la cohesión de nuestra galaxia. En este estudio, utilizamos una red de láseres interconectados por fibra óptica y relojes atómicos a bordo de satélites GPS. Como los axiones tienen una masa extremadamente pequeña, su comportamiento se asemeja al de una onda. Midiendo cómo los relojes marcan el tiempo en distintos puntos, podemos detectar variaciones provocadas por estos campos oscilantes de materia oscura".
La precisión de los relojes atómicos como clave
Los relojes atómicos son instrumentos de altísima precisión que emplean la vibración de los átomos para medir el tiempo, en lugar de un mecanismo de péndulo o cristal de cuarzo. Algunos modelos, como los basados en átomos de estroncio, son tan exactos que solo perderían un segundo en 15 mil millones de años. Su estabilidad ha permitido verificar teorías como la relatividad de Einstein y, ahora, podrían ser esenciales en la detección de materia oscura.
Hacia la resolución de un gran misterio
Este nuevo método amplía las posibilidades de identificar la materia oscura, explorando un rango más amplio de escenarios. Según el Dr. Benjamin Roberts, coautor del estudio, esta técnica podría ayudarnos a responder preguntas clave sobre la estructura del universo.
Si futuros experimentos confirman la validez de esta estrategia, podríamos estar ante un avance crucial en la física, acercándonos a comprender un componente fundamental del cosmos que, hasta ahora, ha permanecido oculto.