Un estudio reciente sugiere que un procedimiento mínimamente invasivo podría ser efectivo para tratar los cambios crónicos en el sentido del olfato asociados con el COVID prolongado. Este procedimiento, conocido como bloqueo del ganglio estrellado, es comúnmente utilizado para tratar problemas nerviosos como migrañas y dolor crónico, y en este caso mostró mejoras significativas en pacientes con parosmia post-COVID.
Los cambios en el sentido del olfato, como la anosmia (pérdida parcial o total del olfato), la parosmia (distorsión del olfato) y la fantosmia (percepción de olores inexistentes), han sido síntomas comunes del COVID-19, afectando entre el 30 % y el 80 % de los infectados. Si bien la mayoría de las personas recuperan su olfato en semanas, un porcentaje significativo experimenta problemas persistentes durante meses o años.
El estudio incluyó a 54 pacientes con parosmia post-COVID, de los cuales 37 fueron monitoreados tras recibir un bloqueo del ganglio estrellado. Este procedimiento consiste en inyectar anestésico local y una pequeña dosis de esteroides en los nervios simpáticos del cuello, responsables de enviar señales al rostro y al cuello. Una semana después del tratamiento, el 59 % de los pacientes reportó mejoras, y algunos alcanzaron una recuperación completa. Los resultados promedio mostraron una mejoría del 49 % en los síntomas a lo largo de tres meses.
Aunque los hallazgos son preliminares y basados en un tamaño de muestra pequeño, los investigadores destacan el potencial de este tratamiento frente a la falta de opciones actuales para estos casos. Según el autor principal, Adam Zoga, los resultados iniciales han sido prometedores, justificando futuras investigaciones para confirmar su eficacia y aplicabilidad a mayor escala.