Los incentivos financieros aumentan significativamente las probabilidades de que los fumadores dejen el hábito, según una revisión publicada en la revista Cochrane Database of Systematic Reviews el 13 de enero.
En promedio, los fumadores que participaban en programas con recompensas económicas, como dinero en efectivo o vales, tenían hasta un 54 % más de probabilidades de dejar de fumar en comparación con quienes no recibían incentivos. Este enfoque fue especialmente efectivo en mujeres embarazadas, quienes duplicaron sus probabilidades de abandonar el tabaco a largo plazo cuando se les ofrecieron recompensas.
"Fumar es la principal causa prevenible de enfermedades y muertes prematuras a nivel mundial, por lo que dejar de fumar es crucial para mejorar la calidad y la duración de vida", señaló Caitlin Notley, profesora de ciencias de la adicción en la Universidad de East Anglia. La revisión incluyó 47 estudios con casi 22,000 participantes y demostró que los incentivos financieros pueden ser una estrategia efectiva para combatir la adicción al tabaco.
Los incentivos, parte del modelo de "gestión de contingencias", se basan en el refuerzo positivo para modificar comportamientos. Las recompensas variaron entre $45 y $1,200, y su efectividad fue evidente: 10 de cada 100 fumadores que recibieron incentivos permanecieron sin fumar durante seis meses o más, frente a 7 de cada 100 en grupos sin incentivos. En mujeres embarazadas, las cifras mejoraron a 13 de cada 100 frente a 6 de cada 100.
Aunque no está claro cuánto deberían valer los incentivos para maximizar su efectividad, este enfoque ha sido adoptado en California desde 2021 y replicado en 14 estados más, donde se ofrecen recompensas a través de Medicaid para abandonar el consumo de sustancias como metanfetaminas y cocaína.
Los expertos subrayan que estos programas no solo motivan a quienes desean dejar de fumar, sino que también actúan sobre los sistemas de recompensa psicológica relacionados con la adicción a la nicotina. Como explicó Jamie Hartmann-Boyce, investigador de la Universidad de Massachusetts, muchas personas que se benefician de estos programas ya han intentado abandonar el hábito repetidas veces sin éxito. Los incentivos les ofrecen el apoyo necesario para lograrlo.