Un reciente estudio publicado en Nature Aging indica que las personas criadas en comunidades o países más pobres podrían tener cerebros más susceptibles al encogimiento con la edad y una conectividad alterada entre las regiones asociadas con la memoria y el pensamiento. Esto las hace más vulnerables a trastornos degenerativos como el Alzheimer.
Impacto de la desigualdad en la salud cerebral
"Esta investigación destaca el papel crucial de la desigualdad estructural en la configuración de la salud del cerebro", explicó Agustín Ibáñez, profesor del Trinity College de Dublín y autor principal del estudio. Según Ibáñez, las crecientes tasas de demencia en países de ingresos bajos y medios subrayan la necesidad de intervenciones específicas que aborden las raíces de estas disparidades, adaptadas a cada región.
El estudio analizó imágenes cerebrales de más de 2,100 personas de Estados Unidos y países latinoamericanos como Argentina, Chile, Colombia, Perú y México. Los resultados mostraron que una mayor desigualdad económica en una nación se asociaba con una reducción del volumen cerebral y una menor conectividad neuronal.
Resultados independientes de otros factores
Los investigadores señalaron que estas asociaciones no dependían de variables como edad, género, educación o capacidades cognitivas. Además, los efectos de la desigualdad sobre la salud cerebral fueron más marcados en América Latina que en Estados Unidos, lo que sugiere que la desigualdad estructural en la región tiene un impacto más profundo en el envejecimiento cerebral y en enfermedades como el Alzheimer.
Futuras investigaciones
Agustina Legaz, investigadora del Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral en Chile, destacó que estos hallazgos abren la puerta a estudios futuros para explorar los mecanismos biológicos que relacionan la desigualdad social con el envejecimiento cerebral y la neurodegeneración.
Para más información sobre el Alzheimer, se puede consultar el sitio del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento.