El embarazo aumenta el riesgo de desarrollar problemas de salud mental en mujeres con esclerosis múltiple (EM), tanto durante la gestación como en los años posteriores al parto, según un estudio publicado el 22 de enero en la revista Neurology.
Las mujeres con EM tienen un 26% más de probabilidades de sufrir enfermedades mentales durante el embarazo y un 33% más después del parto, en comparación con aquellas que no padecen esta enfermedad. Según la Dra. Ruth Ann Marrie, profesora de medicina y ciencias de la salud comunitaria de la Universidad de Manitoba, los problemas de salud mental pueden tener un impacto significativo tanto en los padres como en los hijos, lo que hace crucial comprender cómo afectan a las mujeres con EM en torno al embarazo.
El estudio siguió la salud de casi 900,000 madres, entre ellas más de 1,700 con EM, desde dos años antes de la concepción hasta tres años después del parto. Los investigadores analizaron cuántas de estas mujeres fueron diagnosticadas con enfermedades mentales como ansiedad, depresión, trastorno bipolar, psicosis, intentos de suicidio o abuso de sustancias. Los resultados mostraron que el 42% de las mujeres con EM presentaron problemas de salud mental durante el embarazo, cifra que aumentó al 50% en el primer año después del parto, mientras que en mujeres sin EM estas cifras fueron del 30% y 38%, respectivamente. Además, el 8% de las mujeres con EM fueron diagnosticadas con una nueva enfermedad mental durante el embarazo y el 14% en el primer año posparto, frente al 7% y 11% de las mujeres sin esta condición.
El estudio también destacó que las mujeres con EM tienen un mayor riesgo de todas las enfermedades mentales específicas analizadas, excepto los intentos de suicidio. Un hallazgo notable fue el incremento del abuso de sustancias, que pasó del 0.5% durante el embarazo al 6% después del parto en mujeres con EM. Este aumento en el riesgo de enfermedad mental podría estar relacionado con el estrés psicológico, las fluctuaciones hormonales y los cambios sistémicos propios del embarazo, como un mayor riesgo de coágulos sanguíneos, resistencia a la insulina y alteraciones en el sistema inmunitario.
La Dra. Marrie concluyó que estos resultados subrayan la importancia de un tratamiento preventivo y temprano para las enfermedades mentales en mujeres con EM. También señaló la necesidad de estudios futuros que analicen cómo la EM afecta la salud mental durante las distintas etapas del embarazo y el posparto. Los médicos deben estar atentos a estos riesgos, evaluar la salud mental de las pacientes y proporcionar el tratamiento adecuado cuando sea necesario.