El diálogo interno es un proceso continuo de pensamientos y reflexiones que mantenemos con nosotros mismos. Estos pensamientos pueden tener un impacto profundo en nuestro bienestar, influyendo en cómo nos vemos a nosotros mismos, nuestra autoestima y nuestra forma de afrontar los retos de la vida. Según la psicóloga Alba Cardalda, el tipo de diálogo interno que mantenemos puede ser nuestro peor enemigo o nuestro mejor aliado, dependiendo de cómo lo gestionemos.
Cardalda destaca que los pensamientos negativos automáticos, como "no soy suficiente" o "todo lo que hago sale mal", pueden convertirse en patrones destructivos que afectan nuestra salud mental y física, activando áreas del cerebro asociadas con el estrés y la ansiedad. Sin embargo, la buena noticia es que podemos cambiar esta forma de pensar. Cardalda propone un enfoque en cinco pasos para transformar esos "pensamientos enemigos" en "pensamientos amigos":
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Detecta el pensamiento adverso: Reconocer los pensamientos negativos y ser conscientes de su presencia es el primer paso. La práctica de mindfulness y escribir los pensamientos puede ser útil para identificarlos.
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Cuestiona la validez del pensamiento: Una vez que hayas identificado un pensamiento negativo, cuestiona su veracidad. Pregúntate si realmente todo lo que haces sale mal o si ha habido aspectos positivos que puedes reconocer.
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Reformula el diálogo interior: Cambia el enfoque de tus pensamientos. Por ejemplo, en lugar de pensar "soy un fracaso", reformula a "he cometido un error, pero eso no define mi capacidad general".
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Practica la autocompasión: Trátate a ti mismo con la misma amabilidad que le ofrecerías a un amigo. La autocompasión ayuda a regular nuestras emociones y a promover una visión más positiva de nosotros mismos.
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Repite el procedimiento con constancia: La neuroplasticidad nos enseña que nuestros cerebros son maleables. Al repetir constantemente el proceso de cambiar pensamientos negativos por positivos, formamos nuevos circuitos neuronales que favorecen una actitud más amable hacia nosotros mismos.
Este enfoque nos permite tomar el control de nuestra mente y transformar nuestra experiencia diaria, convirtiendo nuestro diálogo interno en una herramienta poderosa para el bienestar.