La humanidad podría estar más cerca de vencer a la molesta gastroenteritis causada por el norovirus. Moderna, la farmacéutica conocida por sus vacunas de ARN mensajero contra el COVID-19, ha lanzado un ensayo clínico en fase III a gran escala para probar una vacuna experimental contra este virus, uno de los principales responsables de enfermedades gastrointestinales en todo el mundo.
El ensayo, llamado Nova 301, comenzó oficialmente en septiembre de 2024 con la aplicación de la primera dosis a un voluntario. En este estudio aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, participarán hasta 25,000 adultos de diferentes regiones, incluidos amplios sectores de Estados Unidos. Tendrá una duración de dos años, con el objetivo de evaluar la seguridad y eficacia de la vacuna.
El desafío del norovirus
El norovirus es la principal causa de enfermedades transmitidas por alimentos en EE.UU., afectando a aproximadamente 20 millones de personas cada año. Aunque la mayoría de los casos se resuelven en pocos días con síntomas como vómitos, diarrea y malestar general, en algunos casos pueden surgir complicaciones graves. Cada año, el norovirus provoca alrededor de 2 millones de consultas médicas, 500,000 visitas a emergencias y 900 muertes solo en Estados Unidos. En regiones con sistemas de salud limitados, el impacto es aún mayor.
“La infección por norovirus es un problema de salud pública significativo que afecta a millones de personas y ejerce una gran presión sobre los sistemas de salud en todo el mundo”, declaró Stéphane Bancel, CEO de Moderna. Según él, esta vacuna representa una posible herramienta para prevenir una infección altamente contagiosa que sigue siendo difícil de controlar.
¿Por qué es tan difícil combatir el norovirus?
Desarrollar una vacuna contra el norovirus ha sido un reto histórico. Este virus no se puede cultivar fácilmente en laboratorio ni en modelos animales, lo que ha dificultado su estudio. Además, existen múltiples cepas circulando simultáneamente, y la inmunidad natural contra una cepa específica es de corta duración, usualmente de solo unos meses.
Sin embargo, los avances científicos recientes han permitido superar algunos de estos obstáculos. Moderna, por ejemplo, ha diseñado una vacuna basada en tecnología de ARN mensajero que entrena al sistema inmunológico para reconocer partículas similares al virus, sin contener el virus en sí. Este enfoque, que demostró ser exitoso contra el COVID-19, podría ser clave para ofrecer protección frente al norovirus.
Una necesidad urgente
Tras una disminución en los casos de norovirus durante la pandemia, el virus ha resurgido con fuerza. Solo en la segunda mitad de 2024, se reportaron más de 500 brotes en EE.UU., marcando un aumento significativo respecto al año anterior. Este invierno amenaza con convertirse en la peor temporada de norovirus en más de una década, subrayando la necesidad de una solución efectiva.
De ser exitoso, el ensayo Nova 301 podría marcar un antes y un después en la lucha contra esta enfermedad. Mientras tanto, el mundo espera con expectativa el desarrollo de una vacuna que podría finalmente despedirnos de las molestas diarreas, vómitos y complicaciones graves asociadas con el norovirus.