Un estudio reciente ha descubierto un factor oculto que incrementa la agresividad del cáncer de páncreas: el ADN extracromosómico (ADNec). Este ADN en forma de fragmentos circulares, que contiene copias adicionales de genes relacionados con el cáncer como MYC, permite a las células tumorales adaptarse y sobrevivir en condiciones adversas, lo que contribuye a su alta resistencia a los tratamientos.
El trabajo, realizado por equipos de la Universidad de Verona, la Universidad de Glasgow y el Centro de Cáncer de Páncreas Botton-Champalimaud, podría cambiar el enfoque terapéutico frente a esta enfermedad, que es una de las más mortales a nivel mundial.
El cáncer de páncreas es conocido por su alta tasa de mortalidad, con una supervivencia a cinco años de solo el 13%, debido a su detección tardía y su capacidad para adaptarse y resistir los tratamientos. El descubrimiento del ADNec ofrece una nueva perspectiva sobre la flexibilidad genética del tumor, permitiendo que las células aumenten rápidamente la expresión de genes cruciales y sobrevivan en situaciones de estrés.
El ADNec, especialmente en genes como MYC, que impulsa el crecimiento tumoral, se encontró comúnmente en tumores pancreáticos. Algunas células presentaban decenas o incluso cientos de copias adicionales de MYC, lo que les otorgaba una ventaja para crecer bajo ciertas condiciones. Este fenómeno también destaca la heterogeneidad dentro de los tumores, donde diferentes subpoblaciones de células responden de manera distinta a los tratamientos, lo que complica el control de la enfermedad.
Los investigadores utilizaron organoides, modelos tridimensionales de tumores cultivados en laboratorio, para observar que las células con altos niveles de ADNec podían modificar su dependencia de señales de crecimiento, volviéndose más autosuficientes. Además, el ADNec puede aparecer y desaparecer dependiendo del entorno, lo que representa un reto para los tratamientos. Cuando el tumor está bajo presión, las células con ecADN pueden aumentar la expresión de MYC para sobrevivir, pero si la presión disminuye, pueden perder algunos de estos círculos de ADN adicionales para reducir los costos de mantener niveles elevados.
Aunque el ADNec se detectó en solo el 15% de las muestras, los tumores con esta característica podrían ser más agresivos y resistentes al tratamiento, lo que abre la posibilidad de nuevas estrategias terapéuticas. Los investigadores sugieren que los tratamientos podrían explotar las vulnerabilidades creadas por el ADNec, como forzar a las células cancerosas a mantener niveles insostenibles de MYC o bloquear los mecanismos que mantienen estos círculos de ADN.
Aunque estas ideas están aún en fase preliminar, los investigadores resaltan la importancia de comprender la plasticidad genética en el cáncer. Este descubrimiento desafía la concepción de que el genoma es fijo, mostrando cuán dinámico y adaptable puede ser el cáncer de páncreas.