Investigadores han detectado el virus en seis especies comunes en patios traseros, incluyendo ratones, ciervos, zarigüeyas, mapaches, marmotas, conejos de cola de algodón y murciélagos rojos.
Este hallazgo subraya la capacidad del virus para adaptarse y propagarse en una amplia variedad de huéspedes, lo que podría tener implicaciones significativas para la salud pública y la conservación de la vida silvestre.
El estudio y sus descubrimientos
El equipo de investigadores, liderado por la Dra. Carla Finkielstein del Instituto de Investigación Biomédica Fralin de Virginia Tech, recolectó casi 800 muestras nasales y orales de animales en Virginia, además de 126 muestras de sangre de seis especies diferentes. Los resultados mostraron que entre el 40% y el 60% de las especies analizadas habían estado expuestas al SARS-CoV-2, evidenciado por la presencia de anticuerpos.
La mayor exposición al virus se encontró en animales que habitaban cerca de rutas de senderismo y áreas públicas de alto tráfico, sugiriendo que el virus se transmitió de los humanos a la vida silvestre. Aunque no se encontró evidencia de que el virus se transmita de animales a humanos, el hecho de que el virus pueda saltar entre especies plantea nuevas preguntas sobre su capacidad de adaptación y mutación.
Adaptación y mutación del virus
“El objetivo del virus es propagarse para sobrevivir. Las vacunas han reducido la cantidad de huéspedes humanos disponibles, lo que ha llevado al virus a buscar nuevos huéspedes en la vida silvestre”, explicó Finkielstein en un comunicado de prensa. Esta capacidad de adaptación se observó en mutaciones específicas encontradas en una zarigüeya, las cuales no se habían visto antes y podrían potencialmente hacer el virus más peligroso para los humanos.
Propagación del SARS-CoV-2 en la vida silvestre
La propagación del SARS-CoV-2 en la vida silvestre no es un fenómeno nuevo, pero este estudio amplía significativamente el número de especies conocidas que pueden albergar el virus. Anteriormente, las infecciones se habían encontrado en ciervos de cola blanca y visones salvajes, pero ahora se incluyen especies más comunes y ampliamente distribuidas en Norteamérica.
El Dr. Joseph Hoyt, coautor del estudio, destacó la importancia de estos hallazgos: “Este estudio resalta la gama potencialmente grande de huéspedes que el SARS-CoV-2 puede tener en la naturaleza y realmente qué tan extendido podría estar”. La presencia del virus en estas especies sugiere que las áreas con alta actividad humana pueden ser puntos críticos para la transmisión entre humanos y animales.