La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reiterado que la viruela símica o mpox sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional, a pesar de los esfuerzos para contener su propagación.
La decisión fue tomada después de una reunión del Comité de Emergencias de la OMS, que subrayó que la enfermedad continúa expandiéndose y presenta desafíos operativos en diversas regiones del mundo.
Historia y expansión de la viruela símica
El brote de viruela símica fue declarado una emergencia de salud pública internacional en agosto de 2022 debido a su rápida propagación, especialmente en países de África y Europa. Aunque la viruela símica no es un problema de salud completamente nuevo, los brotes recientes han sido más amplios, con registros significativos en los años 2022 y 2023.
Hasta ahora, en lo que va de 2024, se han reportado más de 46,000 casos sospechosos en África, principalmente en la región del Congo, y más de 1,000 muertes sospechosas. Esta propagación, sumada a los brotes anteriores, ha llevado a la OMS a mantener la enfermedad en su nivel más alto de alerta.
Nueva variante y expansión geográfica
Este año, la OMS ha señalado que la emergencia se debe en parte a una nueva variante del virus denominada clado lb, que ha comenzado a registrarse en varios países fuera de África, como el Reino Unido, Alemania, Suecia e India. Este fenómeno está generando nuevas preocupaciones sobre la capacidad del virus para seguir propagándose a nivel global.
Respuestas y medidas preventivas
Para hacer frente a la propagación de la viruela símica, la OMS ha autorizado el uso de vacunas específicas. Entre ellas, se destacan:
- Bavarian Nordic: Una vacuna previamente aprobada para el uso en emergencias.
- KM Biologics de Japón: Una nueva vacuna recientemente incluida en la lista de uso de emergencia de la OMS.
Estas vacunas son parte de los esfuerzos globales para frenar el avance de la enfermedad y proteger a las poblaciones en riesgo, mientras se continúan desarrollando medidas de contención y tratamiento.
Conclusión
A pesar de los avances en las respuestas sanitarias, la viruela símica sigue siendo una amenaza para la salud global, lo que ha llevado a la OMS a mantener su estado de emergencia. La vacunación y la vigilancia son esenciales para contener los brotes y prevenir su expansión hacia nuevas regiones.